Una vez que llegó a la reunión, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, volvió a llamar la atención.
Al saludar a una de las participantes de la cumbre, el político luxemburgués le alborotó intensamente el cabello a su colega dejando perplejos tanto a la mujer como a los testigos y periodistas.
Más tarde, el presidente de la Comisión pareció tener una conversación poco agradable con la primera ministra del Reino Unido, Theresa May. En las grabaciones disponibles en internet se observa a la política británica muy enfadada, mientras que Juncker trata de tranquilizarla.
El vídeo no tiene sonido, por lo tanto no se sabe con certeza de qué estaban hablando.
Los internautas no tardaron en sugerir que Juncker estaba borracho. Cabe recordar que esta no es la primera vez que surgen rumores de que el jefe de la Comisión Europea abusa del alcohol.
El tabloide británico The Sun, citando fuentes diplomáticas, comentó que Jean-Claude Juncker asistió a la cumbre de la ONU en Ginebra en 2017 con unas copas de más. En el encuentro, el político se tropezó con los muebles y golpeó a varias personas mientras se comportaba de manera frívola con sus colegas más jóvenes.
En vísperas de la rueda de prensa conjunta con el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, Juncker no dejó de portarse de una manera extravagante. Al pasar cerca de la cámara, el político la bloqueó con su palma, tal y como lo hacen las celebridades que están cansadas de los paparazzi. Además, tomó unas hojas de papel de la mesa y las tiró al suelo.
Juncker no fue la única persona que trató de distender la atmósfera de la cumbre. El presidente rumano, Klaus Iohannis, bromeó al responder a la pregunta sobre el creciente movimiento de los 'chalecos amarillos'.
"Tenemos chalecos amarillos, pero los utilizamos solamente en casos de un accidente", dijo.
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, compartió la broma e indicó que en su país los chalecos amarillos se utilizan solamente como uniforme. "Luxemburgo no ha vivido ninguna protesta a lo largo de los últimos 25-30 años, gracias a la comunicación trilateral entre los trabajadores, los sindicados y los gerentes.
Etiquetas: