El ministro británico de Finanzas, Philip Hammond, anunció que para 2019, el año en que Reino Unido tiene que salir de la UE, el crecimiento sería de 1,6%, contra 1,3% previsto anteriormente. El PIB podría pasar de 1,4% a 1,5% por año de 2020 a 2022.
"El periodo de austeridad se está acabando pero la disciplina se tendrá que mantener", advirtió Hammond, en el hemiciclo de la Cámara de los Comunes, ante la mirada atenta de los diputados pero también de su propia jefa de gobierno, Theresa May, quien prometió recientemente gastos sociales más generosos.
Ocho años después de que los conservadores lanzaran una política de austeridad a su regreso al poder, Hammond hizo algunas concesiones y congeló la mayoría de los impuestos.
Entre otras medidas, prometió destinar 20.500 millones de libras por año de aquí a 2024 para financiar el servicio público de sanidad NHS, 900 millones anuales de reducción de impuestos para los pequeños comercios o 420 millones al año para pagar las obras de reparación en las carreteras.
El ministro resaltó un crecimiento "fuerte", algo mejor que lo previsto, pese a una ralentización desde hace dos años y la incertidumbre en torno al Brexit.
- Impuestos a gigantes de internet -
Sin embargo Hammond también dio a entender que el final del túnel para los contribuyentes dependía de un Brexit negociado entre Londres y Bruselas. Solo en ese caso, el país se beneficiaría del "dividendo del acuerdo", es decir, de unos impuestos reducidos gracias al impulso del crecimiento.
Pero las negociaciones sobre la salida de la UE no avanzan entre británicos y europeos, debido sobre todo al principal escollo, el de una posible frontera con Irlanda.
El ministro de Finanzas también reveló el aumento de los fondos destinados a la preparación del Brexit, hasta 4.200 millones de libras, para intentar limitar el impacto económico negativo de la salida, prevista a finales de marzo.
Las previsiones oficiales del instituto público OBR pronostican un periodo de transición de dos años tras el Brexit que permitiría "retrasar la baja de intercambios comerciales" prevista con la salida. Sin el acuerdo, la ausencia de esta transición haría el golpe mucho más duro y todo se tendría que volver a calcular.
Los presupuestos del ministro también incluyen algunas medidas simbólicas, como el bloqueo de las tasas de la cerveza o el whisky, y sobre todo, la creación de un nuevo impuesto para los gigantes de internet a partir de 2020.
Las cuentas presentadas por Hammond todavía tienen que pasar varias etapas en el Parlamento: un voto el jueves, y luego la adopción de una ley de finanzas en las próximas semanas.
El jefe de los laboristas, Jeremy Corbyn, dijo por su parte el lunes que "a pesar de las promesas del ministro, la austeridad no se acabó".
AFP
Etiquetas: ReinoUnido Brexit