El 21 de octubre la canciller alemana, Angela Merkel, declaró que los suministros de armas a Arabia Saudí no pueden tener lugar en la actual situación.
"Por un lado, llamamos a aliviar los sufrimientos de los yemeníes, por otro lado, de la mano de Valonia seguimos invirtiendo en esta guerra, no podemos permitir que nuestra autoridad moral acabe en las alcantarillas de Europa", declaró De Croo a los periodistas.
Anteriormente, Willy Borsus, jefe del Gobierno regional de Valonia, donde se ubica el principal fabricante de armamento belga, FN Herstal, no descartó interrumpir las exportaciones de armas a Arabia Saudí.
La monarquía árabe es el tercer cliente más importante de FN Herstal. En 2017 la empresa belga vendió a Riad armas por un total de 157 millones de euros.
Khashoggi, columnista del periódico The Washington Post, desapareció el pasado 2 de octubre tras entrar en el Consulado General saudí en Estambul, adonde había ido para recoger el documento de su divorcio con su primera esposa para poder casarse con su novia turca, Hatice Cengiz.
Mientras funcionarios consulares insistían en que el periodista había salido de la sede diplomática, el diario estadounidense comunicó, citando a sus propias fuentes, que en realidad fue torturado, asesinado y descuartizado.
El 19 de octubre, después de que la comunidad internacional presionase, Arabia Saudí reconoció que Khashoggi falleció en "una pelea" en el consulado.
El canciller saudí, Adel Yubeir, aseguró que el asesinato fue "una operación no controlada, en la que ciertas personas abusaron de sus poderes".
Las autoridades saudíes detuvieron a 18 personas en el marco de la investigación del caso Khashoggi, que continúa hasta la fecha.
Sputnik
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