El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha comparecido la mañana de este miércoles en el Congreso de los Diputados para exponer su postura sobre la venta de armas en Arabia Saudí, que continuará a pesar de las peticiones de la mayoría de grupos parlamentarios que le apoyaron en la moción de censura. Su comparecencia viene precedida por el escándalo y las críticas suscitadas por la muerte del periodista crítico con el régimen saudí Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado de ese país en suelo turco.
Según el mandatario, la venta de armas al país árabe no puede suspenderse porque se trata de contratos "en vigor, que cumplen con la normativa aplicable en España", destacando que fueron firmados por el anterior ejecutivo del expresidente Mariano Rajoy y que él debe velar por la "seguridad jurídica".
Asimismo ha afirmado que su deber es la "defensa de los intereses de España, de sectores estratégicos ubicados en zonas muchas veces castigados por el paro", a pesar de que manifiesta que es "plenamente consciente de las especiales circunstancias de este debate a raíz de las últimas circunstancias". "Quiero decirles que yo también comparto ese rechazo y la repulsa al asesinato del periodista Khashoggi. Nuestra posición es clara: investigación y acción de la Justicia", ha aseverado el presidente del Gobierno.
Sánchez ha pedido "altura de miras" a los partidos de la oposición, a los que ha acusado de actuar por "intereses partidistas". En contraposición, ha afirmado que él no se puede permitir "mirar en corto" y que actúa con "visión de Estado".
La suspensión de los contratos firmados por España con Arabia Saudí supondría también la cancelación del encargo para construir cinco corbetas en los astilleros Navantia en San Fernando (provincia de Cádiz) por 1.800 millones de euros, en una zona del sur de España golpeada especialmente por el desempleo. RT
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