Rusia busca a un posible cómplice de la masacre de Crimea

  19 Octubre 2018    Leído: 796
Rusia busca a un posible cómplice de la masacre de Crimea

Los investigadores rusos creen que el tirador que el miércoles provocó una masacre en un instituto de secundaria no pudo hacerlo solo.

 Por eso buscan un posible cómplice, alguien que pudo ayudar a preparar el golpe a Vladislav Rosliakov, el joven de 18 años que en siete minutos acabó con la vida de 20 personas en Kerch (Crimea). En el intento de entender por qué hizo lo que hizo y por qué terminó suicidándose, ayer se supo un poco más de la personalidad de Rosliakov. Su padre explicó a la policía que era un chico tímido e introvertido, que había crecido casi sin amigos, le gustaban las armas y los videojuegos, pero nunca había sido agresivo.

Parece claro que Rosliakov estaba solo poco después de las 11.30 h del miércoles, cuando comenzó a disparar el rifle que llevaba e hizo estallar una bomba casera en el comedor del instituto. Pero es probable que tuviese un cómplice externo. El primer ministro de Crimea, Serguéi Aksiónov, aseguró ayer que ese cómplice podría haberle ayudado a organizar el ataque. “En el terreno él actuó solo, eso está demostrado, pero en la preparación a mí y a mis colegas nos parece que este canalla no pudo estar solo”, aseguró. Rosliakov, alumno de cuarto curso en el Instituto Politécnico de Kerch (formación profesional), aprovechó uno de los cambios de clase para entrar armado. Se sabe que compró el arma de forma legal, ya que hace varias semanas obtuvo una licencia para armas de caza. También compró munición del calibre 12. Los investigadores encontraron en el instituto otras bombas caseras y un cóctel molotov.

El presidente ruso, Vladímir Putin, culpa a la globalización de la tragedia en el instituto de Kerch

Según la versión oficial del Comité Antiterrorista ruso, tras disparar a alumnos y profesores en el segundo piso y hacer estallar la bomba en el comedor del primero, se suicidó. Allí mismo murieron 19 personas. Otra falleció en el helicóptero que la evacuaba. Más de 50 personas sufrieron heridas.

Aksiónov describió a Rosliakov como un chico tímido a quien no se conocían amigos, pero que no sacaba muy malas notas. Coincidía con la declaración que el padre del joven había hecho ante la policía y que ayer reprodujo el diario Izvestia. Según el progenitor, resultaba complicado comunicarse con él, creció encerrado en sí mismo. De hecho, no le contaba mucho sobre sus estudios. Una vez tuvo un amigo, pero eso fue en la infancia.

El padre también explicó que a su hijo le gustaban los juegos de ordenador y las armas, pero que nunca se había mostrado agresivo.

La situación familiar era, sin embargo, complicada. El padre de Vladislav Rosliakov, cuyo nombre no ha trascendido, es discapacitado. Su madre no vivía con ellos desde que se convirtió en miembro de los Testigos de Jehová, movimiento ilegalizado en Rusia en el año 2017.


Durante su intervención ayer en una conferencia sobre política internacional en Sochi, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que la masacre de Kerch es “resultado de la globalización” y que los adultos no son capaces de ofrecer a los jóvenes una alternativa a la violencia.

Este tipo de tiroteos no han sido frecuentes en Rusia, que en el 2014 se anexionó la península de Crimea en medio de las críticas de los países occidentales, que siguen considerándola territorio de Ucrania. Las tragedias en los colegios rusos han estado marcadas por el terrorismo islamista, como la ocurrida en el 2004 en Beslán (Osetia del Norte, Cáucaso), cuando murieron 334 personas, incluidos 186 niños.

lavanguardia.com


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