La mayoría de estos menores, 175, tienen padres que fueron expulsados de EEUU. Dieciocho niños están en proceso de trámites para reunirse con los padres en sus países de origen.
Los padres de otros 125 menores bajo custodia han dejado claro que no quieren la devolución de sus hijos desde EEUU.
Y hay 32 niños más, pendientes de que los padres expresen la voluntad de aceptar o rechazar la reunificación.
En mes pasado, el diario The New York Times publicó que el número de los niños migrantes recluidos en centros de acogida federales se multiplicó por cinco en poco más de un año, de unos 2.400 en mayo de 2017 a unos 12.800 menores en septiembre de 2018.
Las estadísticas recopiladas del Departamento de Salud y Servicios Sociales sugieren que el drástico aumento no se debe a la afluencia de menores que ingresan en EEUU, sino a la reducción del número de aquellos que son liberados para vivir con sus familias y otros tutores.
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