"Venezuela lamenta y denuncia que el Gobierno entrante de Colombia no guarde compromiso alguno con la paz verdadera y el entendimiento en su país”, señala el Ministerio del Poder Popular venezolano para Relaciones Exteriores en una nota de prensa difundida ayer sábado por el titular de la cartera, Jorge Arreaza.

Esa falta de compromiso se relaciona en el comunicado con anuncios de Bogotá sobre los diálogos de paz con el ELN que “amenazan injustificadamente la continuidad y avances del proceso” político.

A principios de mes, poco después de acceder al cargo, el presidente de Colombia, Iván Duque, exigió a la guerrilla marxista-leninista “la liberación de todos los secuestrados”, comienzo de un proceso para “dar por terminadas todas las actividades criminales”, como condición previa a toda conversación de paz.

A esa exigencia se sumó el jueves el repudio público a Venezuela como garante de los diálogos con el ELN por parte de Duque, en declaraciones a la prensa en Nueva York (EE.UU.), donde el mandatario asistía al 73.º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).

En su comunicado, la República Bolivariana se reafirma sin embargo como “garantía para la paz real y duradera” en el país vecino, y argumenta en este sentido que fue la “participación directa e incluso personal” de los dos últimos presidentes venezolanos, el difunto Hugo Chávez y el actual jefe de Estado, Nicolás Maduro, quienes posibilitaron “éxitos parciales y avances” en las negociaciones.

Por último, Caracas aboga, invocando la hermandad de los pueblos colombiano y venezolano, por que “no se impongan los intereses mezquinos de la guerra y la violencia que tanto dolor han causado”, y se pone al servicio del pueblo colombiano “para que siga abriendo y transitando el camino hacia la paz”.

La llegada a la Presidencia colombiana del exsenador de Centro Democrático no solo ha hecho planear gran incertidumbre sobre la viabilidad de los diálogos con el ELN, sino que puede haber propiciado también una inflexión del proceso de la exguerrilla, convertida ahora en el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), con gran número de disidentes que podrían haber retomado las armas.

HispanTV.es

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