"La marcha es contra las medidas económicas que favorecen a los empresarios y golpean al pueblo, y contra corrupción del gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017). No vamos a dar tregua a la lucha contra la corrupción, de la que también tiene la culpa el presidente Moreno que no se une con todos los ecuatorianos para combatirla y porque mantiene en su gobierno a varios funcionarios correístas", dijo a Sputnik Mesías Tatamuez, uno de los dirigentes de las centrales sindicales de Ecuador.
Con carteles en los que se criticaba al gobierno de Moreno con leyendas tales como "no al alto costo de la vida", "no más impuestos al pueblo", "vivienda para el pueblo", y portando decenas de banderas rojas, los trabajadores marcharon desde el tradicional Parque "El Arbolito", al norte de Quito, hasta la Plaza de Santo Domingo, en el centro histórico de la capital ecuatoriana, unas cuadras al sur del Palacio de Gobierno.
Maestros, agricultores, artesanos, vendedores, acompañaron a los trabajadores sindicalizados.
"Yo estoy aquí porque quiero que el presidente Moreno cumpla su promesa de darnos vivienda a los pobres; yo tengo tres hijos y necesito un lugar decente donde vivir y el presidente nos ofreció", dijo a Sputnik María Tacuri, una comerciante informal de frutas de San Roque, al sur de Quito, que marchó con un gran cartel blanco, exigiendo vivienda.
El pasado 13 de septiembre, en cambio, simpatizantes del expresidente Correa marcharon contra el gobierno de Moreno, criticando también las medidas económicas adoptadas en agosto pasado, entre ellas un incremento en el precio de la gasolina súper y en el diésel industrial para enfrentar así el abultado déficit fiscal.
Los partidarios de Correa también criticaron lo que denominan una "persecución política" a su líder y a sus exfuncionarios.
Reuters
