El 16 de septiembre, un hombre de 42 años y su pareja, una mujer de 30 años, fueron ingresados en el hospital de Salisbury después de sentirse mal en el restaurante local Prezzo.
"Los análisis confirmaron que los dos pacientes que se enfermaron en el restaurante Prezzo en Salisbury el domingo no habían sido expuestos a ningún tipo de sustancia neuroparalizante", informó la policía en un comunicado al añadir que "en la presente etapa el caso no se considera sospechoso".
Se agrega que "continúa la investigación respecto a qué provocó el malestar de la pareja".
Según la policía, de momento este último incidente "no se vincula con los recientes envenenamientos en Salisbury y Amesbury", el de los Skripal el 4 de marzo y el de Dawn Sturgess y Charlie Rowley el 30 de junio, respectivamente.
Londres ha responsabilizado a Moscú de esas intoxicaciones, que se saldaron con la muerte de Sturgess el 8 de julio, mientras que los demás afectados fueron dados de alta.
Rusia ha rechazado las acusaciones del Gobierno británico insistiendo en realizar una investigación conjunta dado que las víctimas de la primera intoxicación, el exespía Serguéi Skripal y su hija Yulia, ambos tienen nacionalidad rusa.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, destacó que Londres no ha presentado ninguna prueba que confirme la presunta mano rusa en el caso Skripal.
Reuters
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