Cuenta regresiva para Idlib tras el fracaso de negociaciones en Teherán

  08 Septiembre 2018    Leído: 533
Cuenta regresiva para Idlib tras el fracaso de negociaciones en Teherán

La provincia siria de Idlib, el último gran bastión insurgente en el país, vive angustiada un día después del fracaso de una cumbre tripartita en Teherán que hace temer una nueva catástrofe humanitaria.

Irán, Rusia y Turquía no lograron superar sus diferencias el viernes, aunque acordaron seguir "cooperando" en la búsqueda de una solución para evitar las muertes de civiles en esta región del noroeste de Siria en torno a la cual el régimen de Bashar al Asad reúne a sus tropas, de cara a un asalto que parece inminente.

El viernes, Rusia bombardeó posiciones de Hayat Tahrir al Sham, el grupo yihadista creado por la antigua rama de Al Qaida y que domina Idlib; y de Ahrar al Sham, un poderoso grupo rebelde islamista, provocando cinco muertos, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Cientos de civiles huyeron de la zona desde el jueves ante el temor de un asalto de las tropas gubernamentales.

Idlib, con 3 millones de habitantes y varias decenas de miles de combatientes, la mayoría yihadistas, es el último gran bastión de los insurgentes, que lo conquistaron en 2015.
Allí fueron enviados decenas de miles de rebeldes y de civiles evacuados de otros antiguos feudos de la oposición recuperados por las fuerzas progubernamentales en el país.

Los ataques rusos se produjeron mientras los presidentes iraní, Hasan Rohaní, ruso, Vladimir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunían en Teherán, y unas horas antes de un encuentro del Consejo de Seguridad de la ONU convocado a petición de Estados Unidos sobre la situación en Idlib.

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En general, los tres países parecieron mantenerse firmes en sus posiciones. Irán y Rusia insistieron en la necesidad de combatir el terrorismo y en el derecho de Damasco de recuperar la integridad de su territorio, mientras Turquía, que apoya a los rebeldes y acoge a refugiados sirios llegados en masa a su territorio, advirtió sobre un futuro "baño de sangre".

"Combatir el terrorismo en Idlib es una parte inevitable de la misión que consiste en restaurar la paz y la estabilidad en Siria, pero este combate no debe hacer sufrir a los civiles ni conllevar una política de tierra quemada", declaró el presidente iraní, Hasan Rohani al inicio de la cumbre.

"El gobierno sirio tiene derecho a tomar el control de todo su territorio nacional y debe hacerlo", subrayó Putin.

Ocho oenegés internacionales activas en Siria pidieron a los "dirigentes mundiales" reunidos en Teherán y Nueva York que "trabajen juntos para evitar" que se produzca "la peor catástrofe humanitaria en siete años de guerra en Siria", que ya dejó más de 350.000 muertos y millones de refugiados.

Teherán, Moscú y Ankara lideran el proceso de Astaná, una serie de discusiones de paz lanzadas tras la intervención militar rusa de 2015. El proceso de Astaná eclipsó las negociaciones de Ginebra bajo égida de la ONU.

El comunicado final del encuentro del viernes se limita a decir que los tres presidentes "decidieron solucionar" la cuestión de Idlib "en un sentido de cooperación que caracteriza al [proceso] de Astaná".

"Hemos discutido medidas concretas para una estabilización gradual en la zona de distensión de Idlib, que prevé particularmente la posibilidad de pasar a un acuerdo para los que estén dispuestos al diálogo", declaró sin embargo Putin al término de la cumbre, haciendo referencia a los combatientes insurgentes que estarían dispuestos a abandonar las armas.

Por su parte, el emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, pidió medidas concretas ante el Consejo de Seguridad, reunido en Nueva York para abordar la cuestión de Idlib.

"Hacen falta rutas de evacuación en todas direcciones, este, norte, sur", declaró.

AFP.com


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