Las aspiraciones europeas no funcionaron en el Báltico y Eurostat lo confirma

  04 Septiembre 2018    Leído: 635
Las aspiraciones europeas no funcionaron en el Báltico y Eurostat lo confirma

El ingreso a la Unión Europea no llevó a la tan esperada prosperidad para la población de los países Bálticos. Lo que es más, desde su independencia de la URSS, Lituania, Estonia y Letonia viven una dramática despoblación, según revela el servicio europeo de estadísticas (Eurostat).

Lituania y Letonia encabezan la lista de los Estados europeos con un mayor porcentaje de ciudadanos que abandonan el país en la historia reciente, escribe el periodista Serguéi Derber para el medio Russkaya Guermania (periódico alemán publicado por expatriados rusos).

Al analizar los datos estadísticos de Eurostat, resulta que esos dos países bálticos perdieron casi un 23% de sus poblaciones respectivas tras independizarse de la URSS y el ingreso en la Unión Europea en 2004 solo desaceleró este proceso sin haberlo revertido.

Las razones principales de esta pérdida son la emigración y la baja tasa de fecundidad.

En la lista figuran también Bulgaria (-15%), Estonia (-10%) y Rumanía (-9%), según los datos de Eurostat.

Con la fuga de la población empeora su densidad. A pesar del tamaño de estos países, los Estados Bálticos tienen una densidad de población tres o cuatro veces menor que la de Polonia.

"Cada año desaparecen más localidades en el país. Hemos [las autoridades] cerrado filiales de las universidades, no tenemos gente para los empleos. No hay trabajadores para abastecer a los jubilados", señala Sarmine Mikulioniene, del Centro de Estudios Sociales Letón.

La despoblación en Letonia empuja al Gobierno a aumentar los impuestos para mantener los ingresos, algo que podría causar una mayor emigración del país, ya estimada en unas 35.000 personas por año.

Entre las causas de este éxodo figura el rechazo del modelo de un Estado social en favor del capitalismo neoliberal, así como la quiebra de los lazos económicos antiguos, sostiene el profesor de la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos), Maarten van Ham:

"En los tiempos de la URSS, el Estado apoyó deliberadamente a la población rural [en Letonia], ya que su tarea era producir alimentos para el país entero. Bajo el capitalismo, este 'acuerdo' perdió sentido, y la gente, sin encontrar más trabajo, se vio obligada a emigrar", explica.

Los factores económicos tienen también repercusiones en el ámbito de la salud pública. Los países bálticos y del Este de Europa se destacan por el alto consumo de alcohol, que tiene una relación directa con la tasa de la mortalidad por una variedad de enfermedades.

Mientras la disolución de la URSS y el cambio del modelo económico causaron fenómenos parecidos en todos los países de la ex-Unión Soviética, incluida Rusia, Bielorrusia, Armenia y Georgia y otros, muchos lograron frenar e incluso revertir la despoblación.

Las exrepúblicas soviéticas de Asia Central lograron aumentar su población, con el mejor resultado en Uzbekistán, que pasó de unos 21 millones de personas en 1992 a más de los 30 millones actuales.

Rusia, a su vez, cambió la tendencia negativa entre 2008 y 2010. La combinación de las medidas estatales para estimular que más familias tengan hijos y los éxitos en la lucha contra el alcoholismo permitieron que el país retomase una tendencia de crecimiento natural de la población, incluso sin tomar en cuenta a la población de Crimea reincorporada tras el referéndum en 2014.

Sputnik


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