Se trata de Saad Arhabi (Irhabi, según otras fuentes), el cuarto jefe del ISIS eliminado en Afganistán en los últimos dos años.
Su antecesor, Abu Sayed Bajauri, fue asesinado supuestamente en julio de 2017.
En el ataque murieron también otros diez militantes del Estado Islámico, grupo designado terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU y proscrito en varios países, entre ellos Rusia.
El autoproclamado Estado Islámico, o ISIS, intensificó a partir de 2015 sus operaciones en Afganistán y Pakistán, países que aspira a incluir en una provincia de su "califato", la llamada Wilayat Khorasan (o ISIS-K, por sus siglas en inglés).
En Afganistán, que consta de 34 provincias, la presencia del ISIS se centra en las zonas próximas a Pakistán, aunque los yihadistas también procuran afianzarse en las regiones del norte fronterizas con las naciones de Asia Central.
El Equipo de Apoyo Analítico y Vigilancia de las Sanciones, en una carta enviada en julio pasado al Consejo de Seguridad de la ONU, estimó que el ISIS tiene entre 3.500 y 4.000 militantes en el Afganistán, incluyendo entre 600 y 1.000 en el norte.
Sputnik
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