Primer ministro australiano se mantiene en el cargo tras una revuelta interna

  21 Agosto 2018    Leído: 839
Primer ministro australiano se mantiene en el cargo tras una revuelta interna

El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, sobrevivió hoy a una revuelta interna para arrebatarle el liderazgo del Partido Liberal y por ende del Gobierno, aunque no tiene asegurada su estabilidad a menos de un año de las próximas elecciones.

Turnbull se impuso con 48 votos a los 35 que obtuvo Peter Dutton, que hasta ese momento era ministro del Interior, en una votación en el seno de la formación que tuvo como detonante las discrepancias sobre el plan energético y que supone un episodio más del periodo de inestabilidad política que vive Australia desde la última década.

A esto se sumó la victoria laborista en todos los escaños que se disputaban en los últimos comicios complementarios y los malos resultados del gobierno de Turnbull en los sondeos.

Detrás de la revuelta estaba el ex primer ministro Tony Abbott, la figura más destacada del ala conservadora del partido, a quien Turnbull arrebató el cargo en 2015 por sus impopulares medidas económicas y el rechazo generado en las encuestas.

Turnbull convocó por sorpresa la votación que se celebró a puerta cerrada en la que puso a disposición del partido su cargo y el de la ministra de Asuntos Exteriores, Julie Bishop, que fue ratificada como número dos de la formación.

Dutton dimitió poco después del puesto ministerial para ejercer como legislador sin cartera.

A la espera de posibles renuncias y una recomposición del Gabinete, el jefe de la oficina del Tesoro, Scott Morrison, asumirá el portafolio de Interior.

El primer ministro compareció horas después de la votación e hizo una llamada a la unidad del partido para hacer frente al Partido Laborista que con Bill Shorten a la cabeza, es el mejor situado en las encuestas.

"Nuestros problemas socavan nuestro trabajo y crean un nuevo riesgo, uno real: que Bill Shorten se convierta en primer ministro", dijo Turnbull, cuya victoria por un estrecho margen no ha puesto fin a los rumores sobre otro posible desafío a su liderazgo.

"La unión no se crea y la lealtad debe ganarse, estos no se demanda", dijo Abbott, según los medios locales, en la reunión a puerta cerrada en la que Dutton se presentó como la mejor opción de liderazgo para que los liberales ganen las próximas elecciones.

A meses de los comicios generales, que deben celebrarse antes del 18 de mayo próximo, Turnbull acumula casi 40 sondeos adversos.

La encuesta más reciente indica, en el cálculo entre dos partidos, que los laboristas cuentan con un apoyo del 55 por ciento y la coalición gobernante del 45, lo que supondría que el Gobierno perdería 20 escaños.

El Gobierno de Turnbull, que tiene un escaño de ventaja en el Parlamento y debe negociar los votos en el Senado, busca sacar adelante el llamado plan de Garantía Nacional Energética (NEG), que pretende rebajar los precios de la electricidad.

La presión de sus detractores en el partido, que apuestan por las plantas de carbón generadoras de energía, obligó ayer a Turnbull a aplazar la legislación para reducir la emisión de gases contaminantes, un componente clave de su NEG.

Turnbull, acusado de mantener la inestabilidad entre los inversores en el sector energético por falta de una política clara, defendía el esquema de intercambio de emisiones para luchar contra el cambio climático, pero esta postura motivó que Abbott le arrebatara en 2009 el cargo de líder de la entonces oposición.

Australia ha atravesado un período de inestabilidad en la última década en la que se ha dado una serie de pugnas por el poder tanto en los gobiernos conducidos por la coalición Liberal-Nacional como en los de los Laboristas.

En 2010, el primer ministro laborista, Kevin Rudd, perdió el cargo y las riendas de su partido en una moción de censura.

El cargo le fue arrebatado por Julia Gillard, a quien Rudd respondió con la misma moneda tres años después, justo antes de perder las elecciones ante Abbott en 2013.

Dos años más tarde, Turnbull asumió el cargo de primer ministro al apartar a Abbott del poder y un año después ganó las elecciones por una mínima diferencia.

La veterana periodista y académica Michelle Grattan aseguró que en los desafíos al liderazgo de los partidos "es frecuente que uno salga herido la primera vez y muerto la segunda".

Otros analistas coinciden que Turnbull es "un hombre muerto andando", aunque el mandatario lo niega. EFE


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