El ‘informe Chilcot’, elaborado durante siete años, concluye que la inteligencia sobre las armas de destrucción masiva se presentó “con una certeza no justificada”

  07 Julio 2016    Leído: 431
El ‘informe Chilcot’, elaborado durante siete años, concluye que la inteligencia sobre las armas de destrucción masiva se presentó “con una certeza no justificada”
Chilcot presenta este miércoles en Londres el informe sobre la guerra de Irak.
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El informe Chilcot sobre la participación de Reino Unido en la guerra de Irak se ha hecho público este miércoles a las once y media de la mañana (hora local, una menos que en la España peninsular). El trabajo, que se ha gestado durante siete años, desgrana el papel de las autoridades británicas en la intervención militar en Irak de 2003, uno de los capítulos más polémicos de Tony Blair en su etapa como jefe del Gobierno (1997-2007). Examina la actuación de Reino Unido en los meses previos al conflicto, en la propia guerra y en la gestión de sus consecuencias. Desde la invasión hasta el día de hoy, según los datos de The Iraq Body Count, el conflicto ha provocado 251.000 muertes, entre civiles y combatientes.

John Chilcot ha presentado esta mañana las conclusiones de la investigación que ha dirigido, y ha empezado recordando a los muertos y heridos en Irak, incluidos los 250 fallecidos en un ataque este fin de semana. Chilcot ha asegurado que Reino Unido "no agotó todas las opciones pacíficas" antes de unirse a la invasión de Irak que lideraba Estados Unidos. Los juicios sobre las armas de destrucción masiva, ha añadido, “se presentaron con una certeza que no estaba justificada”. La investigación concluye que Estados Unidos y Reino Unido socavaron la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU, porque presionaron para la acción militar cuando las alternativas de resolución sin recurrir a la fuerza no se habían agotado.

Las decisiones en Irak, ha asegurado Chilcot en su comparecencia, a la que han asistido parientes de los 179 soldados británicos caídos en la contienda, se tomaron en base a “inteligencia y evaluaciones defectuosas”. “No se cuestionaron, y debieron haberse cuestionado”, ha dicho. La acción militar pudo haber sido necesaria en algún momento, concluye unánimemente el informe, pero no lo era en 2003.

El informe supone una crítica sin matices a la decisión del ex primer ministro laborista Tony Blair de entrar en guerra con Irak. Describe a Sadam Husein como "indudablemente un brutal dictador". Pero la investigación concluye que "la acción militar en ese momento no era el último recurso". Según el informe, el dosier que Blair presentó al Parlamento británico en septiembre de 2002 no respalda sus argumentos de que Irak contaba con un programa activo de armas químicas y biológicas.

“En 2003, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido participó en la invasión de un país soberano”, ha dicho Chilcot. “La acción militar no era el último recurso”. “Se subestimaron las consecuencias y se fracasó en lograr los objetivos establecidos”, ha añadido. La investigación no acepta, ha dicho Chilcot, las alegaciones de Tony Blair de que los problemas de después de la invasión eran imposibles de predecir.

El informe incluye detalles de los papeles del Gabinete desclasificados, evaluaciones de la inteligencia que apuntaba, erróneamente, a que Irak poseía armas de destrucción masiva y de la correspondencia privada entre Blair y el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en relación con el conflicto y la base para la intervención militar. Según el ponente del trabajo, John Chilcot, el grupo de expertos ha tenido que "evaluar y analizar " 150.000 documentos del Gobierno y para elaborar sus conclusiones y recomendaciones.

Centenares de manifestantes se han concentrado en las inmediaciones del centro de convenciones Queen Elizabeth II, en Westminster, en el centro de Londres, donde Chilcot ha leído sus conclusiones.ElPais

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