El medio consultó a la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales del Reino Unido (RSPCA, por sus siglas en inglés) luego de que en la Red se volviera viral la historia de la estadounidense Sue Murray. Según afirmó la mujer en una publicación de Facebook, su gato se enfermó a causa de un difusor con aceite de eucalipto que puso en su dormitorio.
La organización confirmó al medio que "los aceites esenciales son peligrosos para los gatos y pueden causar una serie de reacciones negativas". Agregó que algunos de los aceites son más peligrosos para las mascotas, como por ejemplo, el de árbol de té, que puede causar una serie de problemas de salud a partir de unas pocas gotas: depresión, temblores, vómitos e incluso parálisis de las patas traseras o coma. En el caso más grave, un gato podría morir debido a una insuficiencia orgánica, advirtió.
No obstante, si hay un gato en casa, RSPCA recomendó evitar los aceites esenciales en general, incluso en forma de difusores de aroma. Según la entidad, los gatos expuestos a aceites esenciales pueden mostrar signos de intoxicación, como dificultad para respirar, vómitos, diarrea y convulsiones.
Consultada por Buzzfeed, la Asociación Americana de Médicos Veterinarios (AVMA, por sus siglas en inglés) apoyó este punto de vista, señalando que "estos productos son potencialmente tóxicos para las mascotas (en particular para los gatos)". La organización aconsejó a los dueños de gatos tener cuidado con su uso en la vivienda.
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