En Austria, como en cualquier parte del mundo, Papá Noel lleva obsequios a los niños que se han portado bien. Pero a diferencia de otros sitios, en este país se castiga a aquellos que se portaron mal. El encargado de eso es una figura monstruosa llamada Krampus. Están advertidos, si se portan mal en Austria no solo no reciben un regalo, sino que además un diablo peludo, con cuernos y una larga lengua los hará pasar una Navidad en el infierno.
Para facilitarle a Papá Noel la tarea de decidir quién ha sido un niño bueno o uno malo, en Francia le han contratado un compañero. Se trata de un hombre barbudo vestido con ropa oscura. Su nombre es Père Fouettard, y se encarga de juzgar a las acciones de los infantes. A los buenos, como es costumbre, se les otorga un regalo, pero los que se portaron mal reciben un latigazo.
En la helada isla de Groenlandia tienen para las fechas navideñas una costumbre alimenticia poco ortodoxa. Aquí las fiestas se celebran con un manjar de carne podrida de alca (un ave acuática) que durante varios meses fermentan bajo una piedra envuelta en piel de foca. Este plato recibe el nombre de Kiviak. Sputnik
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