La UE ha planteado proteger una lista de nombres de este tipo de productos lácteos que son elaborados y exportados por Argentina, generando la reacción de los productores sudamericanos. El reclamo europeo apunta a la llamada 'indicación geográfica', que se utiliza para designar un producto por su lugar de origen, el cual supone una serie de cualidades y características.
Esto incluye, por ejemplo, al gruyer, fontina, romano, brie, reggiano-reggianito, manchego, provolone, camembert, parmesano o gouda, entre otros. Todos estos quesos, que en Argentina son conocidos y comercializados con esos nombres, responden a distintas regiones europeas en las cuales surgieron, de allí la impugnación.
El rechazo argentino
La industria láctea es muy importante en Argentina y el queso, en tanto uno de sus derivados, cumple un rol importante. Pablo Villano, presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), dijo a La Nación que "los lácteos no pueden ser una moneda de cambio en el acuerdo Mercosur-UE".
Por su parte el vicepresidente de Apymel, Javier Baudino, explicó que los nombres de quesos que se quieren prohibir "vinieron con los inmigrantes, que repitieron en Argentina las recetas que hacían en sus países y lo usaban como medio de vida". "Mal puede desconocer la Unión Europea esa realidad", añadió.
En el mismo sentido, desde el Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de Leonardo Sarquís, se presentó un informe defendiendo la producción local. "La imposición de una protección que impida el uso de los nombres genéricos de los quesos implicaría un grave perjuicio para la cadena láctea en su conjunto", asegura el texto citado por el diario Clarín.
El documento oficial detalla además que en total más de 700 empresas elaboran los quesos incluidos en la lista del Viejo Continente. Asimismo, emplean a más de 30.000 trabajadores de manera directa, casi la misma cantidad que las industrias asociadas.
Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), recordó que ante casos similares sucedidos en otras negociaciones –con México, Singapur y Colombia, por ejemplo– los sectores conflictivos fueron dejados de lado.
En ese sentido, sostuvo que si la UE insiste con esto, "invalidará la participación en mercados y obligará a reformular marcas y desarrollo comercial".
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