La entidad ha consultado con sus asociados para realizar un primer informe sobre los efectos del Brexit y tratar de trabajar en la confección de posibles escenarios para el futuro. La patronal aprecia que, a corto plazo, las exportaciones se verán afectadas por la depreciación de la libra esterlina respecto al euro, lo cual afecta directamente a la competitividad de los productos catalanes que se comercializan en Reino Unido y devalúa las inversiones de las empresas con filiales. Los riesgos que más preocupan están en el medio y largo plazo, es decir, si la economía británica entra en recesión y si las incertidumbres se prolongan. “No sabemos ni cómo ni cuándo saldrán de la UE. Esto no es una situación de volatilidad porque el Brexit va a quedarse, pero sí es muy incierta y muy compleja de manejar, tanto en la forma como en el tiempo”, sostiene Tristany.
Esas incertidumbres impiden por ahora trazar ningún plan B. “Los empresarios ya no ponen la lupa, sino el microscopio, y están evaluando con mucho detalle la situación para tomar decisiones a medida que se vayan aclarando las cosas”, explica. Además, las empresas también están preocupadas por el personal que tienen desplazado a sus filiales. Aunque también es una incógnita la situación en la que quedarán, las empresas temen que a largo plazo puedan ser considerados extracomunitarios.
“Ahora nuestra posición es de wait and see. Hasta dentro de una o dos semanas no podremos apreciar realmente cuáles serán los efectos que está teniendo la decisión de los británicos”, afirma Tristany. De momento, quienes habían pensado en realizar una inversión en Reino Unido han decidido “aflojar”, a la vez que quienes pensaban desinvertir están viendo cómo transcurren los hechos para tal vez hacerlo con mayor premura. “No asumimos riesgos en este momento, pero tampoco nos precipitamos a tomar decisiones”, concluye Tristany. Los empresarios recuerdan que son capaces de “adaptarse” a todos los escenarios, pero también que para ello necesitan conocerlos. Por ello, piden agilidad a la hora de tomar decisiones y también una etapa de transición para poder amoldarse al nuevo estatus en el que quede Reino Unido.
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