Mientras tanto, los países europeos también se han mostrado críticos a la idea de nuevas sanciones antirrusas, ya que temen que el documento podría afectar a sus propios productores. De este modo, los fabricantes alemanes advierten que los planes de EEUU podrían arruinar sus negocios con Rusia, principalmente el proyecto del Nord Stream 2, señala el periódico alemán Frankfurter Allgemeine.
De acuerdo con varios medios, la Unión Europea no ve necesario repetir las medidas restrictivas que ya fueron aplicadas contra el país eslavo por la reunificación con Crimea. Sin embargo, el problema parece radicar en que las compañías europeas no están dispuestas a poner en peligro la seguridad energética de sus países.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, y el canciller federal de Austria, Christian Kern, criticaron el 15 de junio en una declaración conjunta las nuevas sanciones que EEUU pretende imponer de forma unilateral al sector energético ruso.
Gabriel y Kern afirmaron que el objetivo final del proyecto de ley estadounidense es la venta a Europa del gas natural licuado (GNL) estadounidense, para así desplazar del mercado al gas natural ruso y asegurar empleos en la industria de hidrocarburos estadounidense.
¡El suministro energético es asunto de Europa y no de EEUU! Nosotros decidimos quién y cómo nos suministra energía, basándonos en los principios de apertura y competencia de la economía de mercado", resaltaron los políticos en la declaración conjunta.
Los firmantes de la declaración subrayaron que las sanciones políticas no deben mezclarse con los intereses económicos y expresaron sus deseos de que el Departamento de Estado de EEUU consiga modificar la normativa.
El Senado de EEUU aprobó este 14 de junio una enmienda a un proyecto de ley que expandiría las sanciones contra Rusia y limitaría la capacidad del presidente Donald Trump de levantar las restricciones.
La versión modificada permitiría al presidente de EEUU imponer sanciones a personas y empresas que hacen una inversión, venden, alquilan o proporcionan a Rusia servicios, tecnología, información o apoyo para la construcción de tuberías rusas de exportación de hidrocarburos en proyectos cuyo valor sea equivalente o superior a un millón de dólares, o que en un período de 12 meses alcancen los cinco millones de dólares o más.
El mandatario estadounidense también tendría derecho a incluir en una lista negra a los extranjeros que invierten grandes sumas en proyectos de extracción de petróleo de Rusia, a menos que ello se contradiga con los intereses nacionales de EEUU.
Sputnik
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