Ramsés Tinoco, de 35 años, no se imaginaba que el cumpleaños de sus amigos que fue a celebrar al club Pulse de Orlando acabara en el peor tiroteo en la historia de EE.UU. Tuvo la fortuna de que, al comenzar los disparos, estaba fumando en la terraza. Sin embargo, tuvo que romper una puerta junto con otros clientes y salir gateando como pudo para salvar la vida. «Solo pensaba en sobrevivir», recuerda.

¿Qué hacía usted cuando empezó el tiroteo, cómo era el ambiente?

Era el cumpleaños de mis dos amigos y decidimos celebrarlos el mismo día. Llegamos a las diez y media para no pagar entrada y empezamos a charlar y beber, ver el drag show que había... La gente empezó a llegar hacia las doce y media. Unos diez minutos antes de los disparos, salimos a la terraza a fumar.

¿Qué pasó entonces?

Como a la 1:50, escuchamos un ruido cinco veces, que creíamos parte de la música. Pero en eso, otros cinco más, más fuertes, y la gente empezó a gritar dentro. Salieron personas ensangrentadas, gritando ¡no, no! A la que ponía los tragos afuera le alcanzó un disparo en el hombro y entonces todo el mundo echó a correr.

¿Desde esa terraza había salida hacia la calle?

Había una salida, que estaba cerrada. No tenía candado, pero había que quitar la llavecita que tenía. Empujé el portón junto con muchas personas, se rompió y salí gateando. Los tiros salían hacia fuera, o sea, que muchos cayeron al piso. En eso la policía entró y empezó a disparar.

¿Qué pasaba por su cabeza?

Solo pensaba en sobrevivir, en que tenía que hacer todo lo posible para no morir No quería que fuera mi día. Quería llegar a mi cumpleaños, el 16 de junio. Y pensaba en mi madre, en qué ibaa a ser de ella. Tiene 75 años y solo me tiene a mí.

¿Llegó a ver al agresor?

Nunca. Si lo hubiera llegado a ver no estaría aquí. En la parte principal del club había un show y alcanzó a todas esas personas al mismo tiempo, y a los que estaban en el baño.

Al comenzar el tiroteo, entonces, ¿la zona estaba lleno de gente?

Sí, había una actuación, estaban los bailarines bailando, con las personas aplaudiendo en la parte del escenario. También está allí la pista de baile y el bar. O sea, que ese era el lugar de mayor concentración del lugar

¿Cómo pudo entrar alguien con un fusil de asalto y una pistola?

En la comunidad gay nunca habíamos tenido ese tipo de problemas y no hay protección. Nunca imaginamos que fuera a entrar alguien a matar a todo el mundo. Aquí en Orlando hay clubs a los que acuden heteros donde se registra para comprobar si tienen arma, pero en un club como éste, donde todo el mundo se conocía, ¿quién iba a llegar con un arma? Sí hay seguridad, pero solo chequean cuando hay un problema.

¿Qué simbolizaba el Pulse y qué va a significar ahora?

Pulse es unidad, solidaridad entre los gais. Es un bar con mucha fama, donde las personas pueden ser como son, sin que nadie les moleste. Yo iba tranquilamente a hablar con mis amigos y gozar de la vida, y no tenía temor a que me hicieran nada. Ahora que ha pasado esto, no sé que sucederá, pero va a volver a abrir, saldremos adelante.

¿En qué le ha cambiado a usted lo sucedido?

En este momento no tengo fuerzas y tengo miedo a salir. Siento que debo cambiar. Voy a tratar de hacer otras actividades, ayudar a la comunidad, terminar mi doctorado en Relaciones Humanas…

¿Conocía a parte de las víctimas?

Ese día di tarjetas a gente que no conocía. Es impactante saber que hablé con personas diez o quince minutos antes de morir, como una chica que me tomó una fotografía con mis amigos. Fue una cosa terrible.

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