Sin embargo, una fuente de la Administración Presidencial de Azerbaiyán subrayó que el país no necesita ni tiene intención de aceptar dicha ayuda.
"Azerbaiyán no necesita ninguna ayuda. Ni el Estado ni sus ciudadanos aceptarán esta oferta. Somos plenamente capaces de apoyar a nuestros ciudadanos y seguiremos haciéndolo. Lo que Azerbaiyán exige es un reconocimiento del incidente, una disculpa y una compensación adecuada", dijo la fuente.
El 25 de diciembre, el avión de pasajeros Embraer 190 de la compañía AZAL, que cubría la ruta Bakú-Grozni, se estrelló a 3 kilómetros del aeropuerto de Aktau. En el avión viajaban 67 personas (62 pasajeros y 5 miembros de la tripulación).
Tras el accidente del avión de pasajeros, 27 personas fueron hospitalizadas. De ellas, 15 personas son ciudadanos de la República de Azerbaiyán, 8 de la Federación de Rusia y 3 de la República Kirguisa. La identidad de una de las personas aún no ha sido establecida.
Ambos pilotos de la tripulación, así como una asistente de vuelo, murieron; dos miembros de la tripulación sobrevivieron.
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