La demolición del edificio del "parlamento", construido por el régimen separatista de la Junta en 1994 y reconstruido en 2009, comenzó por orden del gobierno azerbaiyano. Sentados en un edificio de tres plantas con una superficie de 1.350 metros cuadrados, 33 "diputados" apoyaron la despreciable política de los separatistas durante su "actividad".
El año pasado, como resultado de las medidas antiterroristas, fueron detenidos los líderes de la junta, que intentaron construir un segundo Estado armenio en el territorio de Azerbaiyán. Y hoy se están destruyendo las huellas del separatismo. Han comenzado los trabajos de demolición de otro "patrimonio" de los separatistas: el "edificio de los veteranos", que tiene forma de cruz si se mira desde arriba. Los dirigentes armenios deberían responder de qué "veteranos" estamos hablando. También debería preguntarse cómo personas que invadieron descaradamente el territorio de otro Estado, cometieron masacres y actos de vandalismo allí, ¡recibieron el título de "veteranos"! Ha llegado el momento de que respondan ante la ley por los crímenes que llevan años cometiendo.
El Estado azerbaiyano, que aplica constantemente una política de tolerancia, ha declarado en todas las plataformas internacionales su intención de limpiar diplomáticamente Karabaj de los restos del separatismo. Sin embargo, el gobierno armenio y sus patrocinadores, encabezados por Macron Francia, cometieron un gran error al no tener en cuenta la gravedad de la cuestión, la fuerza de Azerbaiyán y la voluntad del presidente Ilham Aliyev.
La conclusión de un tratado de paz entre los dos países y la garantía de la estabilidad regional, aunque no sean de interés político para los centros de poder mundiales hostiles, son tan necesarios como el aire para Armenia, que ha sido derrotada en la guerra. Esperamos que Armenia se dé cuenta de ello muy pronto.
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