La madrugada de este martes, un grupo de vecinos paró la camioneta donde viajaban dos hombres y una mujer. Los sacaron a golpes acusándoles de haber secuestrado a un niño y los llevaron a la plaza del pueblo. En el quiosco donde toca la banda municipal, rodeado por columpios infantiles y mirando de cara a la iglesia de Atlalongo, en el Estado de México, decenas de vecinos les patearon sin clemencia hasta matar a dos de ellos.
La intervención de la policía estatal y el ejército evitó que el brote de ira popular en este pueblito de apenas 4000 habitantes ejecutase también al tercer presunto secuestrador. La Fiscalía del Estado de México anunció que 18 personas han sido detenidas y que el número de vecinos implicados directa o indirectamente en los disturbios ronda los 600.
Los investigadores vinculan la desconfianza en las instituciones y los agujeros del Estado de Derecho con el origen de estos brotes violentos
Durante la mañana, mientras la turba se hacía cada vez más grande entorno a la plaza, otro grupo de vecinos bloquearon la carretera federal que conecta el pueblo con la capital mexicana. Una de las patrullas fue zarandeada y volcada a las puertas del pueblo, según fuentes oficiales recogidas por la prensa local.
La policía y los militares rompieron el cerco con cargas de gas lacrimógeno y lograron rescatar el cadáver del hombre, de unos cincuenta años, y a los otros dos supervivientes medio moribundos. De camino al hospital, la mujer, de unos cuarenta año, falleció debido a los fuertes golpes.
El linchamiento es un fenómeno frecuente en México. Sólo el año pasado se registraron 62 casos según un estudio de la UNAM. El Estado de México es junto a Oaxaca y Puebla las entidades donde se concentra el mayor número de episodios de ajusticiamiento sumario y popular. En México, apenas de los 10% de los delitos acaba en sentencia. Los investigadores vinculan la desconfianza en las instituciones y los agujeros del Estado de Derecho con el origen de estos brotes violentos.
El pasado octubre, dos hermanos de 20 años fueron apaleados y quemados en la plaza de Ajalpan, un pequeño municipio de Puebla, con el pretexto de que eran secuestradores de niños y ancianos. También en octubre, un grupo de vecinos de Amecameca, otro pequeño pueblo del Estado de México, intentaron linchar a dos hombres que presuntamente habían matado a navajazos a un comerciante del pueblo. El Estado de México, una inmensa mancha urbana que rodea a la capital, es la entidad más poblada, una de las más pobres y más violentas del país.
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