Este 1 de enero entró en vigor en Austria una nueva ley que permite el suicidio asistido en pacientes con enfermedades crónicas o terminales, según lo aprobadopor el Parlamento nacional a mediados de diciembre. La legislación excluye explícitamente a los menores de edad y cobija a aquellas personas que no tienen perspectivas de recuperación, otorgándoles el derecho de morir en circunstancias estrictamente definidas si así lo deciden.
Los adultos que quieran terminar con su vida deberán someterse a un diagnóstico y una evaluación siquiátrica que demuestre su capacidad para tomar la decisión. Aquellos que sufran de problemas de salud mental no están sujetos a la ley. El proceso incluye una cita con dos médicos, un período de reflexión y una notificación certificada ante un abogado o notario. Una vez aprobado todo lo anterior, el paciente recibirá una receta para acceder a los medicamentos letales en una farmacia.
Esta regulación también incluye la ampliación del presupuesto para los cuidados paliativos, con la creación de un fondo para tal fin, a partir de este año, que proporcionará una subvención anual a los estados federales. Cabe mencionar que la asistencia activa al suicidio seguirá estando prohibida en el país.
El suicidio asistido es un tema delicado que se debate en muchos países y que también se ha despenalizado en otras partes de Europa como Suiza, España, Bélgica y Países Bajos.
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