El Gobierno de Estados Unidos alertó este lunes que el avance por parte del régimen chino en sus capacidades militares no hará más que aumentar la tensión en la región y el mundo.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo en una rueda de prensa que por ese motivo el secretario de Defensa, Lloyd Austin, describe al gigante asiático como el principal desafío en el ámbito militar para Estados Unidos, ya que las acciones de Beijing van a marcar la pauta en la política de defensa de Washington, que está adaptándose.
“Es por esto que vamos a seguir centrados en garantizar que podemos trabajar hacia un Indopacífico libre y abierto. Vamos a seguir centrados en los retos que China nos presenta”, indicó el portavoz.
En ese sentido, Kirby resaltó la importancia de cooperar con los aliados y socios en esa región frente al régimen de Xi Jinping.
En las últimas semanas, han aumentado las tensiones entre Estados Unidos y China por el acuerdo de defensa entre Washington, Canberra y Londres, denominado AUKUS; la disputa por Taiwán y el mar de la China Meridional, o las acusaciones de que Beijing ha probado misiles hipersónicos.
El presidente Joe Biden advirtió que su país defenderá a Taiwán en caso de que China decida lanzar un eventual ataque. “China, Rusia, saben que Estados Unidos tiene las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo”, afirmó durante un evento televisado con votantes organizado por la CNN la semana pasada. Consultado sobre si Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán si China decide invadir la isla, Biden respondió: “Sí, tenemos un compromiso”.
La tensión entre Washington y Beijing por Taiwán se ha elevado en las últimas semanas a raíz de avances militares de las dos partes.
Por un lado China realizó una serie de incursiones aéreas cerca de Taiwán, mientras que Estados Unidos reconoció que tiene destinado a un pequeño contingente de militares en la isla desde hace al menos un año para entrenar a las fuerzas locales.
De este modo, los dos países están llevando al límite el statu quo creado en 1979, cuando Washington reconoció a Beijing como el único Gobierno chino con el entendimiento de que Taiwán tendría un futuro en paz.
El ministro taiwanés de Defensa, Chiu Kuo-cheng, llegó a afirmar que China será “capaz de organizar una invasión a gran escala” de la isla para el año 2025, lo que ha encendido alarmas en Washington.
China, por su parte, arremetió contra el embajador estadounidense nominado para el país asiático, Nicholas Burns, quien afirmó que Washington debe apoyar a Taiwán para que se defienda de “la injusta coerción que Pekín está ejerciendo sobre la isla”.
Burns declaró ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, que debe aprobar su nominación, que la Administración de Biden “competirá decididamente” con China en el campo comercial y tecnológico, aunque dejó la puerta abierta a la “cooperación” en asuntos como el cambio climático y la no proliferación.
“También desafiaremos a la República Popular China cuando debamos, incluyendo aquellos momentos en que Pekín tome medidas que vayan en contra de nuestros intereses y valores o que amenacen nuestra seguridad o la de nuestros socios y aliados”, agregó.
Además, Burns calificó de “genocidio” las políticas chinas en la región de Xinjiang y de “acoso” aquellas sobre Taiwán.
El diplomático -ex embajador de Estados Unidos ante la OTAN y “número tres” del Departamento de Estado durante el Gobierno del republicano George W. Bush (2001-2009)- aseguró que, aunque Beijing tiene “muchas fortalezas”, también “afronta desafíos sustanciales a nivel demográfico, económico y político”.
El portavoz de Exteriores chino Wang Wenbin recogió el guante y denunció que este tipo de observaciones son propias de la Guerra Fría: “Exigimos al señor Burns que se esfuerce para entender objetivamente el momento en el que está ahora China”, indicó.
En medio de las crecientes tensiones, el viernes pasado la Inteligencia de Estados Unidos expresó su preocupación sobre el desarrollo por parte de China de tecnologías emergentes que podrían poner a Beijing por delante de Washington en el ámbito militar y otros campos.
El Centro de Contrainteligencia Nacional y de Seguridad (NCSC, por sus siglas en inglés) señaló en un informe que China tiene el objetivo de ponerse a la cabeza en varios campos hacia 2030, como la biotecnología, la computación avanzada y la Inteligencia Artificial.
“Pekín está centrado en tecnologías que serán cruciales para su futuro económico y militar”, dice el documento, que citó como ejemplo la biotecnología, la computación avanzada y la AI.
Con ese fin, el NCSC -un centro bajo el paraguas de la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines- alertó de que China intenta “de manera legal, casi legal e ilegal” adquirir tecnología y “know-how” (saber hacer) de Estados Unidos y otras naciones.
Según el informe, el gigante asiático lo hace a través de inversiones en ciencia y tecnología, empresas mixtas, colaboraciones académicas y científicas, y programas de reclutamiento de talentos, entre otros.
En suma, el NCSC describió al gigante asiático como “un competidor estratégico principal“ de Washington, porque “tiene una estrategia bien dotada y global para adquirir y emplear tecnología para progresar en sus objetivos nacionales”.
(Con información de EFE)
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