El experto dice que Armenia perdió la guerra, por eso su espacio político para las maniobras se hizo más estrecho. Él piensa que el conflicto se debe archivar. Por supuesto, esto se puede solo si los armenios, que viven en Karabaj, obtienen las garantías, que sus derechos como las minorías nacionales, se observan.

Entretanto, las discusiones acerca de las fronteras deben ser reguladas, Azerbaiyán y Armenia deben hacerlo desde fuera. Actualmente, el garante de la paz son Rusia y Turquía, pero la vida puede volver a la región en su curso normal, si el conflicto entre los dos países no se reanuda tras la retirada del contingente de las fuerzas de la paz. Actualmente, esto, en primer lugar, responde a los intereses de Azerbaiyán, ya que sin esto no puede realizar el potencial de la victoria.

Hungría puede ayudar a la restauración del mejoramiento del terreno, pero no en el recultivo de estos territorios.  Por desgracia, Budapest no puede ser el intermediador, ya que entre Hungría y Armenia las relaciones diplomáticas fueron rotas tras la extradición de Ramil Safarov.

El corredor a Najicheván es parte de una declaración trilateral, por lo que no hay nada que discutir aquí. En mi opinión, esto no es de ninguna manera una indemnización, sino el restablecimiento de la comunicación entre partes de un país. Sin embargo, es necesario entender a los armenios, quienes consideran este corredor una limitación de la soberanía de Armenia. Para aliviar la tensión en este tema, en mi opinión, sería bueno ofrecer a Armenia el uso conjunto de esta ruta.

Cuantos más proyectos transnacionales esté involucrada Armenia, más fuerte será la paz. Por lo tanto, a Azerbaiyán le interesa poner fin al aislamiento de Armenia. Bakú solo se beneficiará de la normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía. La paz acelerará el desarrollo de todos los países, que es lo más importante ahora. Hoy, Armenia y Azerbaiyán deben trabajar juntos, en primer lugar, para consolidar la paz, y hasta entonces no hay necesidad de hablar de nada más.

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