Más de dos decenas de oficiales de la Policía india han muerto después de que su unidad fuera emboscada por guerrilleros de los grupos maoístas, conocidos como naxalitas, en el estado de Chhattisgarh. El Gobierno ha prometido continuar las operaciones contra el grupo prohibido, al que considera terrorista.
La guerrilla naxalita ha estado activa en la India desde la década de 1960, atacando al personal de seguridad y llevando a cabo actos de sabotaje. El mes pasado, explotaron un autobús de la policía en el mismo estado, matando a cinco agentes.
Según los datos de las autoridades, el enfrentamiento dejó 22 agentes muertos y 31 heridos. Mientras tanto, el periódico Times of India informó que 32 resultaron heridos y un oficial desapareció tras el tiroteo.
El viernes por la noche, más de 2.000 agentes realizaron una redada antimaoísta con la participación de CoBRA, la unidad de operaciones especiales de la Fuerza de Policía de Reserva Central (CRPF, por sus siglas en inglés) de la India especializada en tácticas de guerrilla y guerra en la selva.
El director general de la CRPF, Kuldiep Singh, quien se encuentra en Chhattisgarh para monitorear la situación después del ataque de los naxalitas, afirmó el domingo que no hubo ninguna falla de inteligencia o logística en el operativo. El funcionario señaló que también murieron entre 25 y 30 guerrilleros, aunque todavía no se ha determinado el número exacto.
Tras la noticia sobre las bajas entre los policías, el primer ministro indio, Narendra Modi, escribió en las redes sociales que los oficiales asesinados "nunca serán olvidados". Por su parte, el ministro del Interior, Amit Shah, prometió que el Gobierno continuará la lucha contra los "enemigos de la paz y el progreso".
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