Según explicó, hasta el momento su genoma no había sido descodificado debido a su enorme volumen y una gran cantidad de repeticiones que complican la interpretación del código genético además de obstaculizar la medición de su longitud. No obstante, esta vez los biólogos lograron descubrir que el genoma del Ginkgo es aproximadamente 3.5 veces más largo que el ADN humano y, por lo tanto, está compuesto de elementos repetitivos y del llamado `ADN basura` en un 76,5%. Asimismo, el estudio reveló que el genoma de esta increíble planta contiene más de 40.000 genes, un gran número de los cuales son responsables por la protección del estrés, los agentes patógenos y las plagas. De esta manera, el Ginkgo se protege de forma más activa contra los microbios y es capaz de producir venenos para hacer frente a los ataques de pulgones y otros artrópodos.
Los científicos esperan que un análisis más detallado de estos genes les ayude a comprender cómo el Ginkgo biloba logró sobrevivir a varios periodos de glaciación ocurridos en el territorio de China y a la catástrofe ecológica que se produjo después de que EEUU lanzara bombas atómicas contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. El Ginkgo biloba es el último representante de una división de plantas que dominaron la faz de la Tierra en la época de los dinosaurios. Los primeros ginkgos aparecieron en el Pérmico cuando los gorgonópsidos —familia extinta de terápsidos carnívoros— habitaron nuestro planeta. Los fósiles de estas plantas se hallan por toda Siberia y otros lugares de Eurasia. En la actualidad el Gingko crece principalmente en China tanto en los bosques salvajes como en plantaciones cultivadas por el hombre. Además, se considera que tiene importantes propiedades curativas por lo que se utiliza ampliamente en la medicina tradicional.
Sputnik
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