Solo una reunión personal entre Trump y Putin puede salvar el acuerdo de desarme nuclear

  19 Agosto 2020    Leído: 459
Solo una reunión personal entre Trump y Putin puede salvar el acuerdo de desarme nuclear

El enviado especial de EE.UU. a Viena, Marshall Billingslea, manifesta que hay muchas divergencias.

Las conversaciones de desarme nuclear entre Estados Unidos y Rusia terminaron ayer en Viena sin avances. Esta tercera ronda de negociaciones para la extensión del Acuerdo New Start, cuyo objetivo es limitar las armas nucleares estratégicas y que expira en febrero de 2021, finalizó sin conclusiones, lo que no significa sin embargo el final definitivo. Ambas delegaciones informaron tras la reunión que continúan esperando que sea la otra parte la que muestre más disposición a comprometerse y la campaña electoral estadounidense parece haberse inmiscuido en el asunto, con la intención de marcar los tiempos de un posible acuerdo. «Estamos muy separados en algunos temas clave», resumió el enviado especial de Estados Unidos para temas de desarme, Marshall Billingslea, «hay acuerdo sobre algunas cuestiones, pero hay una gran cantidad de trabajo por hacer para avanzar a máximo nivel».

Estados Unidos considera defectuoso el Acuerdo New Start firmado con Rusia bajo la presidencia de Barack Obama y con el vicepresidente Joe Biden, según enfatizó el diplomático designado por el actual presidente Donald Trump. “»Un acuerdo de seguimiento no solo debe incluir a China, sino que también debe relacionarse con todos los tipos de armas nucleares y ofrecer mejores opciones de control y más transparencia», insistió también, asegurando que «la pelota está ahora en el tejado de Moscú».

La presencia en Viena del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, no ha servido para impulsar definitivamente un acuerdo, pero en la reunión se ha deslizado la posibilidad de obtener mejores resultados en un posible encuentro entre los dos presidentes, Trump y Putin. Según medios americanos, Trump ha comentado a su equipo que le gustaría mantener una reunión en persona con el líder ruso antes de las elecciones de noviembre y estaría explorando varias posibilidades de tiempo y lugar. Trump ve el encuentro como una oportunidad para demostrar que es capaz de negociar acuerdos, una cualidad que, escenificada en precampaña electoral, puede resultarle útil.

El asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, ha reconocido que en Washington se espera recibir al líder ruso para firmar el nuevo acuerdo de control de armas. «No vamos a hacer una reunión con Putin en Estados Unidos, pero en algún momento nos encantaría que Putin viniera aquí a firmar un estupendo acuerdo de control de armas que proteja a los estadounidenses y a los rusos», han sido sus palabras. «Un marco básico de negociación del tratado, firmado por Trump y Putin, haría avanzar las conversaciones», ha dicho también el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Ryabkov, que ha asistido a las conversaciones en Viena.

La imprevisibilidad del presidente estadounidense, sin embargo, hace temer por el acuerdo.

Rusia y los talibanes
Desde que asumió el cargo, Trump ha mantenido varias reuniones en persona con Putin, incluyendo la desastrosa cumbre de 2018 en Helsinki, Finlandia, en la que excluyó a sus principales asesores de la reunión y dijo después que creía a Putin por encima de los funcionarios de inteligencia de EE.UU. sobre si Rusia había interferido o no en las elecciones de 2016. La propia diplomacia estadounidense confiesa que en una reunión cara a cara Trump podría sacar a relucir informes de que Rusia ha ofrecido pagos de incentivos a los talibanes para atacar a las tropas estadounidenses en Afganistán. Trump había calificado estos informes de «engaño», dejando de nuevo a los pies de los caballos a su propio servicio de inteligencia, pero durante una entrevista en Praga mantenida durante su gira por Centroeuropa el secretario de Estado, Mike Pompeo ha asegurado que planteó el tema al ministro de Asuntos Exteriores ruso Lavrov. «Si los rusos están ofreciendo dinero para matar a los estadounidenses, o también a otros occidentales, habrá un enorme precio que pagar. Eso es lo que compartí con Lavrov».

«Tenemos la impresión de que todavía es posible una extensión de New Start. Estados Unidos se muestra reacio a decir “sí” y tiene ideas adicionales sobre lo que debería hacerse», publicaba anoche Ryabkov en Twitter. «Estamos dispuestos a contemplar una extensión de ese acuerdo, pero solo en determinadas circunstancias», zanjó por su parte Billingslea.

abc


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