Bakú es la capital de Azerbaiyán y una de las ciudades que más notoriedad está consiguiendo en los últimos tiempos. Por ese mismo motivo no solamente queremos contarte de algunos puntos clave de la ciudad, sino también la curiosa historia tras ese precioso nombre de la capital.

Y es que, para empezar, debemos saber que Azerbaiyán proviene del origen del pueblo Azerí, así como de la terminación “can” o “tan”, muy frecuente en los nombres de países de la zona. Todos ellos se relacionan nada más y nada menos que con el Paraíso. Por lo tanto, Azerbaiyán sería algo así como el Paraíso de los Azeríes.

Por si fuera poco, la palabra Azerbaiyán también puede significar tanto “Tesoro” como “Tesorero del Fuego”. Para otros tantos llegaría a ser como la “Tierra del Fuego”, como consecuencia de la enorme cantidad de pozos petrolíferos y refinerías con muchas chimeneas ardiendo. Debemos tener en cuenta que, a principios del siglo XX, Bakú llegaba a producir la mitad del petróleo de todo el mundo.

Pero ahora bien, ¿cómo es Bakú y de dónde viene su nombre? Deriva del persa “Bad-Kube”, que significa “Ciudad del viento” e, incluso, “Montaña de Dios”. El primero de los dos nombres tiene su sentido porque, a pesar de que la gran mayoría de los hoteles tengan doble ventana, en la noche se escuchan poderosos silbidos y hasta algún que otro aullido del dios Eolo.

No es ningún secreto que su emplazamiento es bastante antiguo, ya que hay constancia escrita de la ciudad desde el año 885, nada más y nada menos. Bakú sorprende por muchas cosas, entre las que se encuentra la ciudad vieja, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Desde la Torre de la Doncella hasta la Torre del Ojo del siglo XII (o incluso anterior), pasando por las Flame Towers. Esta ciudad es única y merece ser descubierta por todas las personas del mundo. ¡Pura magia!

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