Tras unos meses convulsos después del anuncio de su retirada de la Familia Real británica, Meghan Markle y el Príncipe Harry ya han comenzado una nueva vida en Los Ángeles, concretamente en una lujosa mansión propiedad del afamado actor Tyler Perry, buen amigo de Oprah Winfrey, donde se han instalado tras unos meses en Canadá.
La crisis del coronvirus silenció la oficialización de su abandono como «royals», pero no por ello han dejado de acaparar la atención del público. De hecho, hace poco se convertían en noticia tras arrancar el juicio en el que se enfrentan contra varios grupos editoriales a los que pertenecen diversos tabloides británicos por lo que ellos consideran un acoso constante, intromisión en su vida privada, especulación y por hacer pública la carta que le envió a título personal a su padre para pedirle que dejara de hablar con los medios. Meghan perdía el primer asalto, que se realizó de manera virtual, contra el «Mail on Sunday» después de que el juez rechazara su demanda.
Ahora, después de que se filtraran unos mensajes del Príncipe Harry al padre de Meghan, y que son parte del material del proceso judicial, ha salido a la luz también gracias al juicio una información muy reveladora. Y es que Meghan acusa a la Familia Real británica por haberse sentido «desprotegida» frente a la prensa cuando estaba embarazada y la institución no salió en su defensa, sino que optaron por el silencio.
«Como sus amigas nunca la habían visto antes en este estado, estaban justamente preocupados por su bienestar, específicamente porque estaba embarazada, desprotegida por la institución y tenía prohibido defenderse a sí misma», es el argumento que ofrece la defensa de Meghan para justificar las declaraciones anónimas que hicieron sus amigas a la revista «People» para tratar de contrarrestar las informaciones negativas vertidas sobre su persona.
«Fue el Palacio de Kensington el que ordenó que todos los amigos y familiares deberían decir 'sin comentarios' cuando se les acercara cualquier medio de comunicación, a pesar de que la información que se proporcionara de ella fuera errónea», añaden. Además, se refieren a esta imposición de la Casa Real como «frustrante».
abc
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