Cinco nuevas divisiones de milicia se han unido a las tropas fronterizas chinas, tal y como se mostró en una inspección oficial en Lhasa, la capital del Tíbet. Estas están formadas por luchadores de AMM (artes marciales mixtas), alpinistas y miembros del relevo de la llama olímpica en el Everest.
Uno de los objetivos de la nueva incorporación es que el Ejército Popular de Liberación tenga a su disposición rescatistas de emergencia. Y China, que no ha escatimado en gastos, ha elegido a los combatientes de los mejores clubes de artes marciales. Tanto empeño se debe a que la complicada orografía que caracteriza la zona fronteriza entre India y China dificulta mucho los rescates y otras operaciones.
Esta medida llega tras unos meses de tensión acumulada entre los soldados indios y chinos. El 9 de mayo, por ejemplo, se vivieron momentos críticos en el estado indio fronterizo de Sikkim, donde indios y chinos llegaron a las manos: los primeros trataron de echar a empujones a los integrantes del Ejército Popular de Liberación chino, y también se intercambiaron puñetazos.
El diario oficial del ejército chino está convencido de que el despliegue de estas milicias "va a mejorar mucho la organización y la fuerza de movilización" de las tropas, además de su "rapidez de reacción", tal y como declara el comandante de la zona militar regional, Wang Haijiang.
China y la India disputan una parte del territorio montañoso del norte de Cachemira desde 1962, además de unos 60.000 kilómetros cuadrados en el estado Arunachal Pradesh. La Línea de Control Actual, que separa a los dos países, pasa por la región de Ladakh. Precisamente allí el 15 de junio se produjo un nuevo enfrentamiento que se saldó con 20 muertos y 76 heridos entre los militares indios.
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