El 'premier' Boris Johnson ha forzado la dimisión de Mark Sedwill como secretario del Gabinete y asesor de Seguridad Nacional, en la que se interpreta como la "venganza" de su estratega Dominic Cummings en su guerra abierta contra los altos funcionarios al servicio del Gobierno británico.
El actual jefe negociador del Brexit, David Frost, le relevará como asesor de Seguridad y hará doblete, mientras que el puesto como secretario de Gabinete será ocupado por Simon Case.
Mark Sedwill, de 55 años, era el alto funcionario con el mayor escalafón dentro del gabinete y había sido nombrado en el 2017 por Theresa May. Su futuro estaba en el disparadero desde que Dominic Cummings prometió acabar en enero con la atmósfera "kafkiana" en el alto funcionariado británico e inició una "purga" en todos los departamentos ministeriales.
Su primer objetivo fue el equipo de asesores del entonces secretario del Tesoro, Sajid Javid, que acabó presentando su dimisión y denunciando públicamente los excesos de Cummings. El 20 de febrero le llegó el turno al secretario "permanente" de Interior, Philip Rutnam, enfrentado a la titular del departamento Priti Patel.
La pandemia supuso una tregua, pero Cummings ha vuelto a la carga una vez afianzado en su puesto por Johnson, que no cedió a las presiones para forzar su dimisión tras haber violado el confinamiento en plena pandemia con el viaje familiar de 400 kilómetros de Londres a Durham.
Su 'vendetta' personal tras el acoso mediático empezó a olerse desde la semana pasada, cuando vaticinó que pronto habría una "lluvia intensa". Cummings ha sido acusado por los funcionarios de haber creado una atmósfera "venenosa" en Whitehall, el complejo de departamentos ministeriales que rodea Downing Street.
"TÁCTICAS CORROSIVAS Y COBARDES"
Johnson agradeció "el servicio sobresaliente" de Sedwill y le ha propuesto liderar un nuevo grupo de seguridad económica en el G-7.
En su carta de renuncia, Sedwill agradece la confianza depositada en él "en tiempos muy difíciles y al servicio de siete diferentes primeros ministros". Sus relaciones con el 'premier' habían sido bastante tensas en los momentos críticos de la pandemia. El propio Sedwill contrajo también el coronavirus, al igual que Boris Johnson y Dominic Cummings, acusado de ser el auténtico artífice de su dimisión.
Dave Penman, al frente del sindicato de funcionarios FDA, lamentó la marcha de Sedwill y vaticinó que el Gobierno "será más débil tras su marcha". Penman acusó a Downing Street de haber orquestado durante meses una campaña contra el alto funcionario, ex diplomático e inspector de armamentos usando "tácticas corrosivas y cobardes".
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