El presidente del Colegio Médico de Tarija en Bolivia, Jaime Márquez, aseguró que llevar a cabo las elecciones generales el 6 de septiembre de 2020, en medio de la pandemia por el coronavirus (COVID-19), implicaría un riesgo para la salud de la población.
En estos comicios se busca elegir al presidente y vicepresidente para el periodo 2020-2025, además de 36 senadores y 130 diputados.
"Es de alto riesgo, altísimo riesgo las elecciones para el 6 de septiembre, porque lo que estamos pregonando es que no se junte la gente, que no haya aglomeraciones, sin embargo, en una elección sí o sí habrá aglomeración de gente, no solo de los que tienen que votar, no se olvide que no solo es la gente que va a votar, también son cerca de 200.000 jurados que deben estar presentes", le dijo Márquez a la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Márquez remarcó que aunque es importante que los bolivianos escojan a sus autoridades políticas, es más relevante preservar la salud en el marco de la crisis generada por el virus originado en China. El funcionario del Colegio Médico de Tarija subrayó que en septiembre la pandemia seguirá con la misma fuerza.
"Grandes recursos económicos se van a erogar para las elecciones con una facilidad extraordinaria, pero no se erogan esos recursos para la salud, vemos que efectivamente ahora los pocos recursos que tiene Bolivia deben ir para la salud, porque en dos meses qué irá a pasar", concluyó Márquez.
Hay que recordar que debido a la pandemia del coronavirus, los comicios que estaban programados para el pasado 3 de mayo, fueron pospuestos desde el 21 de marzo, horas después de que el Gobierno boliviano decretara una cuarentena general para evitar la propagación del virus.
Estos comicios reemplazarían a los del 20 de octubre del 2019, en los que salió victorioso el expresidente de izquierda Evo Morales, pero que estuvieron plagados de denuncias de fraude.
La crisis política se vio agravada a partir del motín policial ocurrido el 8 de noviembre de 2019 en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. También se registraron saqueos e incendios de edificios públicos y privados, incluidas representaciones diplomáticas, así como sedes de partidos políticos y de medios de comunicación.
El 10 de noviembre, la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un informe sobre el proceso electoral y señaló graves irregularidades. Ante la evidencia, el presidente Morales anunció que convocaría a nuevas elecciones y renovaría todo el Órgano Electoral Plurinacional. Pero los cambios no fueron suficientes para algunos gremios. La Central Obrera Boliviana, el Alto Mando Militar de las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana le pidieron a Morales que renunciara, horas después dimitió.
Luego de la renuncia de Morales, dimitió el vicepresidente, Álvaro Marcelo García Linera, los miembros de su gabinete, así como los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados. El 13 de noviembre, Jeanine Áñez, senadora opositora a Evo Morales, se proclamó presidente interina del país suramericano durante una sesión del Senado sin quórum y se comprometió a convocar a unas nuevas elecciones generales en las que podrá participar el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), pero no él en persona.
anadolu
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