Un jefe policial de Arizona presenta su dimisión por la muerte de un hispano tras ser detenido

  25 Junio 2020    Leído: 602
Un jefe policial de Arizona presenta su dimisión por la muerte de un hispano tras ser detenido

El episodio ocurrió el 21 de abril, pero se ha conocido tras un mes de fuertes protestas por los abusos policiales a las minorías raciales por la muerte de George Floyd en Mineápolis.

El jefe de la policía de Tucson (Arizona), Chris Magnum, ha presentado este miércoles su dimisión tras dar a conocer un vídeo en el que un joven hispano, desarmado y esposado, murió a manos de tres agentes a su cargo. Carlos Ingram López, de 27 años, falleció de un paro cardiaco después de estar cerca de doce minutos esposado y boca abajo, mientras pedía agua de forma repetida, tanto en inglés como en español. Visiblemente agitado, también pidió socorro a su 'nana' o abuela.

El episodio ocurrió el 21 de abril, pero se ha conocido tras un mes de fuertes protestas por los abusos policiales a las minorías raciales por la muerte de George Floyd en Mineápolis. «No puedo respirar», repitió varias veces Floyd a un agente, que le asfixió durante casi nueve minutos con la rodilla contra el cuello. La misma frase pronunció en una ocasión López, cuyos requerimientos de agua y de auxilio no fueron atendidos por los agentes.

Los agentes no utilizaron una táctica de ahogamiento, como en el caso de Floyd o en otras tragedias similares, pero se le mantuvo en una posición de detención -tumbado boca abajo, con las manos esposadas por detrás de la espalda- que muchos departamentos de policía desaconsejan por la posibilidad de provocar asfixia.

La autopsia determinó que López murió por una combinación de sujeción física y paro cardiaco con intoxicación por cocaína.

Los agentes fueron a detenerle después de una llamada de un familiar por «conducta incontrolada», según informó Magnus. La policía había atendido otra llamada por violencia contra un familiar y el mismo tipo de conducta dos días antes. Localizaron a López en el garage del domicilio de un familiar, muy excitado y dando gritos mientras los agentes forcejearon con él para detenerlo y esposarlo. Antes de perder el conocimiento y morir, los policías le pusieron telas para tapar su cuerpo y una de ellas le tapaba también la cabeza. Al ver que no respiraba, trataron de reanimarle y le administraron Narcan, un fármaco contra las sobredosis de heroína.

Magnus explicó que presentaba su dimisión porque la operación de sus agentes no cumplía con los estándares establecidos para resolver lo que él consideró como un problema de salud mental y que se produjeron «múltiples violaciones» de las normativas. La policía de Tucson ha tardado más de dos meses en revelar el vídeo, grabado con la cámara corporal de uno de los agentes. Magnus dijo que no se comunicó al público la muerte por la pandemia de Covid-19, pero que eso no había afectado a la investigación del incidente, que había sido puesta en manos del FBI. Sin embargo, ha instaurado una nueva política en el departamento que requiere que al menos dos superiores revisen los vídeos de estas cámaras cuando se produzca una muerte de un detenido en un plazo máximo de 48 horas. «Como jefe, acepto mi responsabilidad en estos errores», dijo Magnus. «Creo que no han sido el resultado de un intento deliberado o malintencionado de ocultarlo», añadió antes de justificar su ofrecimiento de renuncia como una demostración de «voluntad de rendir cuentas por los fallos». Los tres agentes involucrados en la muerte de López han dimitido.

abc


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