Es un líder de vestuario, más jefe que nunca a los 34 años y se ha convertido en casi imprescindible. Cuando no juega, el Real Madrid lo acusa. Por eso quiere ser titular esta noche, a pesar del golpe sufrido en Anoeta. Zidane lo decidirá una hora antes. El francés considera a Ramos «el mejor defensa del mundo». El capitán extenderá su contrato con el club blanco una temporada más y renovará hasta 2022. Solo falta rematar un último capítulo, que no romperá el pacto. El central pide un aumento de sueldo y la entidad quiere mantener su ficha actual, doce millones de euros netos anuales. Es un tira y afloja cordial, sin acritud, cada parte defiende sus intereses con la seguridad de la firma definitiva, en un buen ambiente, olvidando viejos roces. Ramos quiere cortarse la coleta y la barba en el Real Madrid tras jugar en el Bernabéu remozado.
René Ramos y el club blanco han aparcado la rúbrica para el comienzo de la siguiente campaña, porque el futbolista tiene un objetivo capital, ganar su quinto campeonato de Liga.
Después de la tirantez de la renovación de 2015 y del jaleo que el jugador generó el año pasado, con una oferta china que desmontó en una rueda de prensa convocada al día siguiente, las dos partes han negociado con la máxima de no realizar filtraciones interesadas. Por eso, la disquisición del incremento de salario no es fundamental. El sevillano tiene 34 años y quiere acabar su carrera en el club. Admite renovar curso a curso, como aconseja su edad, y lo que espera es ser competitivo dentro de dos años y firmar por otra campaña.
Los contratos entre Ramos y el Real Madrid se rubricaron con una simple mirada durante una década, desde 2005, cuando llegó al Bernabéu con el pelo largo y la ilusión de comerse el mundo, hasta 2105, momento en el que se produjo un antagonismo absoluto.
Su única premisa es continuar
Su primer contrato, procedente del Sevilla, fue de cinco años, de 2005 a 2010, pero su rendimiento exigió un nuevo acuerdo en 2008, también por un lustro, hasta junio de 2013. Se repitió la historia el 12 de julio de 2011, dos años antes de acabar ese segundo convenio. Ramos ya era campeón del mundo y de Europa con España y la entidad le otorgó un contrato por seis años, hasta 2017. René Ramos firmó esa entente sin mayor problema.
Las diferencias llegaron en 2015. El Real Madrid volvía a negociar la extensión y mejora de su ficha dos años antes del fin del acuerdo vigente y las posturas se radicalizaron. El defensa tenía 29 años y buscaba la seguridad de un pacto que premiara su carrera, tras ganar una segunda Eurocopa y la Champions 2014, en la que fue decisivo con tres goles, dos al Bayern en Múnich y uno al Atlético en Lisboa.
Ramos argumentaba que tenía una suculenta oferta del Manchester United y pedía al Real Madrid que reconociera el nivel ofrecido. Fueron muchos meses de disparos dialécticos. Por fin, en la pretemporada china, Florentino Pérez, José Ángel Sánchez, Sergio Ramos y René Ramos sellaron la paz con un convenio por otras cinco campañas, hasta 2020.
Tras aquella ásperas negociaciones llegó la mejor época del club desde la era de Di Stéfano. El equipo blanco ganó tres Champions consecutivas, una Liga, tres Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa y dos Supercopas de España en este lustro. Hace dos años, nada más celebrar la tercera Copa de Europa consecutiva, la entidad y Ramos extendieron su acuerdo por una campaña más, hasta 2021, una mejora que el capitán había sembrado en el césped. Su ficha ascendió a doce millones netos, la mejor del club desde que Cristiano se marchó el 9 de julio de 2018.
Negociación secreta
Todo parecía tranquilo, pero el andaluz sorprendió a todos el 30 de mayo del año pasado al desvelar una oferta china de 25 millones anuales de euros que sabía era inviable, porque el club asiático pedía que viniera con la carta de libertad, sin pagar traspaso. El Real Madrid le contestó que ya conocía la respuesta desde hacía tiempo. «El Real Madrid no puede permitir que su capitán sea vaya gratis, abriríamos un precedente terrible», dijo Florentino Pérez. Ramos se introdujo él solo en su propia trampa y al final convocó una rueda de prensa para salir de ella y manifestar que su deseo era continuar y retirarse en «mi casa». La actuación del líder de la plantilla sí puso sobre el tapete la renovación que ahora se ha planificado en privado, sin hacer públicas las diferencias.
abc
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