Ello se debe al hecho de que el reino decidió cerrar el acceso a los peregrinos que vienen del extranjero. Eso sí, de un modo limitado el hajj será celebrado por un número reducido de peregrinos extranjeros que residen en el territorio del reino.
De hecho, de los tres millones de musulmanes que realizan cada año este peregrinaje dos vienen desde otros países. Estas medidas fueron adoptadas para lidiar con la propagación del coronavirus en Arabia Saudí, que ocupa el primer lugar entre los países árabes en cuanto al número de infectados.
Así, al día de hoy se registran más de 160.000 casos de infección, de los cuales más de 100.000 ya se recuperaron y otras 1.307 personas han fallecido. Entre las medidas adoptadas por las autoridades para frenar la propagación del coronavirus en el país está el cierre de todas las mezquitas desde finales de marzo.
En junio, estas fueron abriéndose de manera gradual, pero la Mezquita Sagrada —el destino de la peregrinación— sigue clausurada al público.
Esta es la primera vez desde 1932 que Arabia Saudí cancela el hajj, que es el año de la formación del reino. Antes de ello, las últimas tres veces tuvieron lugar entre 1837 y 1858, cuando una serie de epidemias de cólera hicieron necesario cancelar este evento.
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