Donald Trump ha firmado este lunes una orden ejecutiva por la que congela la emisión de un número amplio de visados de trabajo para extranjeros y extiende las limitaciones a la concesión de permisos de residencia permanentes, las llamadas «tarjetas verdes». Estas últimas habían sido decretadas para un periodo de 60 días el pasado 22 de abril, que se agotaba esta semana. La Casa Blanca explicó ayer que ambas medidas estarán vigentes hasta el final de este año.
La justificación para el presidente de EE.UU. es la protección de los trabajadores estadounidenses, que conviven con un mercado laboral desplomado con el impacto de la pandemia de Covid-19. En mayo, el paro en EE.UU. estaba en el 13,3%, después de que casi tocara el 15% en el mes anterior. Antes de la crisis, había estado un año por debajo del 4%.
La orden ejecutiva afecta a los visados H1-B (muy habituales para trabajadores cualificados), H4 (cónyuges y dependientes de trabajadores con visa H1-B), L (expatriados) y la mayoría de las J (intercambio) y H2-B (trabajos temporales para cuando hay falta de mano de obra). Hay excepciones para trabajadores del campo, algunos sanitarios y quienes vienen a cuidar niños como 'au pair'.
Según los datos de la Administración Trump, los cambios liberarán 525.000 puestos de trabajo. Muchas empresas de EE.UU. -como las grandes tecnológicas- habían pedido a Trump que no tomara una decisión que consideran perjudicial para la economía. En un momento de paro alto, sin embargo, es muy popular: el 65% de los estadounidenses estaban a favor de congelar casi todas las vías de inmigración durante la pandemia.
abc
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