La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, encargó este miércoles a los militares la vigilancia de fronteras y de los centros de cuarentena abiertos en su país por la pandemia de la COVID-19, después de detectarse la víspera dos nuevos infectados a raíz de errores en el control a dos personas procedentes del extranjero e infectadas con el coronavirus.
Ardern, cuyo gobierno ha sido elogiado por la respuesta temprana, drástica y efectiva ante la pandemia, adoptó esta medida tras conocerse que dos mujeres que habían llegado desde el Reino Unido viajaron unos 650 kilómetros, desde Auckland a Wellington, sin terminar el período obligatorio de cuarentena ni someterse a ninguna prueba.
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