Este domingo, el ministro del Interior de Libia, Fathi Bashagha, afirmó que “en el país no hay lugar para los criminales de guerra que intentan tomar el control de la administración local bajo el poder de las armas”.
A través de Twitter, Bashagha indicó que Libia da la bienvenida a iniciativas de una administración civil para poner fin a la crisis.
El ministro envió un mensaje a la nación y afirmó que “el país enfrentaba un desafío histórico que requiere de la participación y disciplina civil para establecer un Estado que rechace el caos, el terrorismo y el extremismo”.
Bashagha señaló que ya no hay espacio para la violencia y las propuestas en nombre de una revolución en Libia.
El Gobierno libio acusó a las tropas de Haftar de genocidio
La ciudad estratégica de Tarhuna, considerada como la última fortaleza del general golpista Jalifa Haftar, fue liberada por el Ejército libio la semana pasada.
Tras la liberación de la ciudad, las autoridades libias anunciaron haber exhumado más de 150 cuerpos en un total de ocho fosas comunes en la ciudad.
Según una declaración escrita por parte de la Oficina de Prensa del Gobierno libio, publicada este sábado, los crímenes cometidos por las milicias de Jalifa Haftar en la provincia de Tarhuna y en la región de Kasr Bin Gashir, constituyen crímenes contra la humanidad.
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En la declaración, el Gobierno libio acusó a Haftar de “genocidio” y se indicó que las milicias de Haftar habrían "ejecutado familias enteras sin haber realizado ningún juicio, arrojaron sus cuerpos a pozos de agua y enterraron a algunas personas vivas con las manos y los brazos atados".
"La magnitud de la brutalidad (cometida por tropas de Haftar) sale a la luz a medida que nuestros equipos encuentran más cadáveres. Cientos de personas están enterradas en fosas comunes y algunas siguen desaparecidas", se leyó en el comunicado.
El Gobierno libio pidió el rechazo de la comunidad internacional y que se realizara una investigación conjunta sobre los crímenes cometidos por las milicias de Haftar. Las autoridades libias también afirmaron que se buscará a los responsables de esos actos y a quienes apoyaron a sus perpetradores.
"Los crímenes cometidos por las milicias de Haftar han revelado al mundo que no merecen ser parte de los procesos de paz en el país" concluyó la declaración.
El Gobierno libio, reconocido internacionalmente, ha sido atacado por las fuerzas de Haftar desde abril de 2019, en un enfrentamiento que ha dejado más de 1.000 muertos hasta la fecha.
El Gobierno lanzó la Operación Tormenta de la Paz en marzo para contrarrestar los ataques en la capital y recientemente recuperó ubicaciones estratégicas, incluida la base aérea de Al-Watiya.
El Gobierno de Libia fue fundado en 2015 bajo un acuerdo liderado por la ONU, pero los esfuerzos para llegar a un acuerdo político a largo plazo fracasaron debido a la ofensiva militar de las milicias de Haftar.
Desde el derrocamiento del difunto gobernante Muammar Gaddafi en 2011, han surgido dos facciones de poder en Libia: la de Haftar, en el este de Libia, con el apoyo de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Francia; y el Gobierno libio, en Trípoli, que goza del reconocimiento internacional y de la ONU.
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