La futura ley sobre la seguridad nacional en Hong Kong será como “un programa antivirus” instalado en el territorio, declaró el lunes un alto responsable chino, que subrayó que los manifestantes prodemocracia de la ex colonia británica iban “demasiado lejos” en sus demostraciones.
La declaración fue realizada por Zhang Xiaoming, director adjunto de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao. Es la más detallada hasta hoy de un responsable del régimen chino sobre la medida.
El proyecto de ley, anunciado en mayo por Beijing, asegura que prohibirá el separatismo, la subversión, la preparación o la comisión de actividades terroristas, así como las actividades de fuerzas extranjeras que constituyen una injerencia.
No obstante, la letra del texto fue ampliamente interpretada como la voluntad de avanzar sobre la autonomía del territorio, negociada entre China y el Reino Unido a la hora de que este último país devolviera la que era su colonia, en 1997. También prevé autorizar a los organismos que dependen del gobierno central a abrir en Hong Kong oficinas con autoridad en materia de seguridad nacional.
El martes se cumple el primer aniversario de las grandes manifestaciones en Hong Kong, a veces violentas, que vivió la ex colonia británica durante siete meses para denunciar las injerencias de China en los asuntos de este territorio semiautónomo.
En referencia a las protestas, Zhang Xiaoming lanzó una advertencia: “Los separatistas radicales de la oposición han confundido la moderación y la tolerancia del gobierno central con la debilidad y la timidez”. Y añadió: “Han ido demasiado lejos”.
“Una vez entre en vigor esta ley será como si hubiéramos instalado un programa antivirus en Hong Kong, para que el principio ‘un país, dos sistemas’ funcione de manera más segura, fluida y duradera”, dijo Zhang.
Desde la retrocesión de Hong Kong en 1997, este principio garantiza libertades y una amplia autonomía a Hong Kong.
Los opositores a la ley sobre seguridad, actualmente en curso de elaboración por Beijing, temen que abra la vía a la erosión sin precedentes de las libertades en esta metrópolis financiera de 7 millones de habitantes.
Durante su discurso Zhang reiteró las declaraciones de Beijing según las cuales el texto solo afecta “un número extremadamente restringido de personas”.
Pero el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, declaró que, como consecuencia de la ley, Hong Kong ya no disfruta de la autonomía prometida por Beijing, despojando al centro financiero de su estatus especial bajo la ley estadounidense.
“Ninguna persona razonable puede afirmar hoy que Hong Kong mantiene un alto grado de autonomía de China, dados los hechos sobre el terreno”, expresó.
Además, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, anunció que el Reino Unido ofrecerá visados a millones de ciudadanos de Hong Kong y una posible vía para obtener la nacionalidad británica si China continúa adelante.
“Si China impone su ley de seguridad nacional, el gobierno británico cambiará la legislación migratoria y permitirá a aquellos que tengan uno de estos pasaportes procedentes de Hong Kong venir a Reino Unido por un periodo renovable de 12 meses y podrán obtener otros derechos migratorios, como el de trabajar, lo que les colocará en la vía para la obtención de la ciudadanía”.
Johnson remarcó que unas 350.000 personas en Hong Kong tienen pasaportes nacionales británicos (internacionales), por lo que no necesitan visado para entrar en Reino Unido por periodos de hasta seis meses. E indicó que otras 2,5 millones de personas tienen la capacidad de solicitar uno.
afp
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