El principal epidemiólogo de Suecia, Anders Tegnell, ha rechazado los recientes informes de medios de comunicación que sugieren que lamenta no haber implementado medidas estrictas de cuarentena para frenar la propagación del coronavirus en su país, y señaló que sus comentarios sobre la respuesta a la pandemia han sido mal interpretados, informa el medio sueco Dagens Nyheter.
Suecia se encuentra entre los pocos países que optaron por no imponer medidas estrictas y a menudo draconianas para detener la propagación del covid-19. El epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública sueca había señalado durante una reciente entrevista de radio que la mejor respuesta al coronavirus sería "algo entre lo que Suecia ha hecho y lo que ha hecho el resto del mundo".
Numerosos medios de comunicación presentaron sus comentarios como un cambio de postura respecto a las políticas sobre el bloqueo, algo que negó firmemente este fin de semana. "Desafortunadamente, esa entrevista fue mal organizada y publicitada muy erróneamente", aclaró Tegnell.
El epidemiólogo estatal insistió en que todavía no hay beneficios "obvios" para cerrar restaurantes, tiendas y otros negocios como medida para luchar contra el virus. "No hay actividades que podamos señalar como extremadamente vulnerables", señaló y explicó que la "estrategia fundamental del país ha funcionado bien".
De todas maneras, Tegnell reconoció que Suecia pudo haber hecho más para proteger adecuadamente a las personas que viven en hogares de ancianos, lo que representa un gran porcentaje de las muertes por covid-19 en el país.
Pero ese error no es exclusivo de Suecia. Por ejemplo, en EE.UU. se cree que el 40 % de los fallecimientos por coronavirus ocurrió en geriátricos. Una realidad similar se registró en otros países, como España e Italia.
La decisión de Suecia de mantener abiertas la mayoría de las empresas e instituciones ha sido reiteradamente criticada en el país. Según los últimos datos de la Agencia de Salud Pública sueca, la nación registra 44.730 casos positivos de coronavirus y 4.659 muertes, un número muy superior al de sus países vecinos, que introdujeron medidas más estrictas.
Sin embargo, hay quienes defienden la postura de Suecia. En la vecina Noruega, Camilla Stoltenberg, directora de la agencia de salud pública del país, declaró a finales de mayo que su país hubiese "probablemente conseguido el mismo efecto", y evitado parte de las desafortunadas repercusiones económicas al no cerrar múltiples establecimientos.
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