"Anunciamos que el patronato de la Sagrada Familia de Barcelona ha decidido reabrir sus puertas el 4 de julio", anunció en una rueda de prensa el director general de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Xavier Martínez.
Unos 4,5 millones de personas visitan cada año este emblema de la ciudad de Barcelona, pero la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del COVID-19 obligó el pasado 13 de marzo a suspender las visitas y cesar todas las obras como medida de precaución.
La reapertura de una de las principales atracciones turísticas de España será lenta y gradual, comenzando con una "fase de homenaje", en que solo 12.000 personas de algunos colectivos podrán acceder al templo.
Se trata de profesionales del sector sanitario, miembros de los cuerpos de seguridad y otras entidades que contribuyeron a superar la crisis sanitaria del COVID-19, que podrán visitar la basílica de forma gratuita y en horario de fin de semana.
El 18 de julio comenzará una segunda fase en que solamente los ciudadanos de Barcelona podrán visitar la Sagrada Familia, todas las tardes del fin de semana hasta finales del mes de diciembre.
"Queremos que los barceloneses que han estado confinados durante meses se sientan protagonistas con este gesto de gratitud", explicó el director general de la Junta Constructora.
El patronato de la emblemática catedral prevé una tercera y última fase en que se abrirán las puertas a todo el público general, lo que incluirá la vuelta de las visitas turísticas.
No obstante, todavía no hay fecha para este escenario que dependerá del "momento en que el flujo de turismo comience a llegar de forma regular y permanente a Barcelona", aclaró Martínez.
También quedará paralizada de momento la construcción de la basílica, diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí, una labor que comenzó en 1882 y fue interrumpida por la Guerra Civil española (1936-1939) y este año por la pandemia.
La previsión es que la construcción del templo termine en 2026, pero el ritmo de las obras está ligado estrictamente a los ingresos generados cada año por el flujo de turistas y visitantes locales.
"El hecho de que tengamos las puertas cerradas este año significa que nuestros ingresos son nulos, y por lo tanto no podemos retomar la construcción de la Sagrada Familia", dijo al respecto el director general del templo.
Sobre si la parálisis en las tareas de construcción provocará un retraso en los planes para completar el templo, Martínez dijo que "es pronto todavía para saber si la fecha de 2026 será factible".
De momento, los esfuerzos de la Junta Constructora se centran en preparar las primeras visitas, que seguirán el formato habitual pero incluirán medidas de seguridad para evitar posibles contagios, como la supresión de las entradas en papel o la reducción de los grupos.
"El momento en que abramos las puertas al turismo es incierto, pero estamos a la expectativa de que se produzca y podemos decir que en ese momento la Sagrada Familia estará preparada", concluyó el director general de la basílica.
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