Los visitantes podrán entrar al país sin tener que realizar una cuarentena obligatoria, excepto aquellos que resulten positivos por COVID-19 o hayan contactado con los infectados.
El país mediterráneo dejará de aplicar el confinamiento interno, lo que dará la oportunidad de realizar viajes entre las regiones.
La medida adoptada por las autoridades italianas es uno de los pasos importantes en el proceso de relanzamiento de la economía afectada por la pandemia.
Italia sigue siendo uno de los países más dañados por la pandemia del coronavirus, con más de 233.000 casos de contagio registrados, entre ellos 33.475 fallecidos y más de 158.000 recuperados.
Sputnik
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