Portugal reabre gimnasios, restaurantes, cines, teatros y guarderías

  01 Junio 2020    Leído: 406
Portugal reabre gimnasios, restaurantes, cines, teatros y guarderías

Vive con preocupación los focos de coronavirus en la periferia de Lisboa.

Portugal se acerca a los 1.500 muertos por coronavirus en el conjunto de su territorio desde que se registró el primer caso en el país el pasado día 2 de marzo, una cifra sensiblemente inferior a la de la vecina España, o a las de Italia, Francia y Reino Unido. Sin embargo, la sensata gestión de la crisis sanitaria se ha visto empañada en estos últimos días al producirse nuevos brotes de la infección en los alrededores de Lisboa.

Cierto que se destapó un doble foco en sendos hostales del centro de la capital portuguesa tres semanas atrás, pero se aisló a los afectados en rincones de la periferia, precisamente. Y ahora son Seixal (a 24 kilómetros de Lisboa) y Almada (a 12) los puntos más preocupantes, fundamentalmente por las consecuencias en sus barrios más degradados y conflictivos, como el denominado Jamaica, frecuente campo de batalla entre manifestantes y policía.

Se trata de poblaciones con un alto índice de personas que se desplazan a diario al centro de la ciudad del fado para acudir a sus puestos de trabajo utilizando el transporte público fluvial, muy extendido en la zona y mucho más rápido que el traslado por carretera (entre otras razones, por el colapso cotidiano que se registra en el emblemático Puente 25 de Abril).

De modo que ahí se localiza el riesgo, pues además la distancia social resulta más difícil de guardar a bordo de una embarcación donde no es extraño ver a la gente agolpándose para salir corriendo hacia las paradas de autobús o la estación de metro de Cais do Sodré, con el fin de prolongar el itinerario hasta el centro profesional en cuestión.

Son esos flujos de habitantes los que las autoridades sanitarias deben afanarse en vigilar, si no quieren dar al traste con la hasta ahora impecable forma de proceder del Gobierno socialista de Antonio Costa, beneficiado por la ausencia de presión de ningún otro partido al encontrarse al borde de la mayoría absoluta y por la inexistencia de chantajes nacionalistas.

Las dos únicas regiones autónomas vigentes en Portugal corresponden a los archipiélagos de Madeira y de Azores. El primero, cuya capital es Funchal, no contabiliza ningún positivo por coronavirus desde hace ya 26 días, por lo que sus playas se hallan aptas para el baño… si se respetan las nuevas normas y los visitantes se colocan a un mínimo de dos metros unos de otros. De hecho, el inmenso arenal de Porto Santo ha sido pionero en Europa a la hora de adaptarse a la nueva realidad.

Nunca hubo una gran incidencia de la infección en Madeira y, a pesar de ello, las autoridades locales apostaron desde el principio por el blindaje y la cuarentena. Unas medidas correctas que han funcionado, como también en las Azores, hasta el punto de que solo una de sus nueve islas mantiene apenas un par de casos activos.

El aislamiento decretado, el aire puro y la lejanía geográfica se han aliado para desembocar en toda una garantía de salud de este enclave insular, cuya capitalidad se dispersa entre las ciudades de Ponta Delgada, Horta y Angra do Heroísmo.

Lo que está claro es que Portugal tiene mucho más controlada la pandemia que España y, en esa línea, los gimnasios, restaurantes, teatros, salas de cine, auditorios y guarderías reabren sus puertas este lunes 1 de junio, aunque con las mismas condiciones que en todas partes: mascarilla y evitar aproximarse a otros ciudadanos.

Los museos han retomado también su actividad, previa cita concertada por teléfono o por internet. Así, la Fundación Serralves de Oporto se ha apuntado el tanto de inaugurar la exposición más sonada del año en suelo portugués: una completa retrospectiva de Yoko Ono.

abc


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