Aunque a partir de este jueves, 21 de mayo, el uso de mascarilla se imponga como obligatorio en toda España siempre que se transite por espacios públicos, y especialmente cuando no se pueda respetar la distancia de seguridad de dos metros, el Boletín Oficial del Estado en el que por primera vez se incluyó esta norma remarcaba una excepción: «No será necesaria en el desarrollo de actividades que, por su propia naturaleza, impidan su uso».
Aquí se incluye la práctica deportiva, circunscrita ésta a las dos franjas horarias habilitadas desde el pasado 2 de mayo, de seis a diez de la mañana y de ocho a once de la noche. Con todo, y según explicó ayer el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, sí recomiendan las autoridades su uso, por más que suponga un riesgo para los deportistas.
Así, la exigencia de la práctica deportiva crece en función de si se lleva o no puesta la mascarilla, más aún cuando se trata de los tipos más cerrados, dificultando la respiración y pudiendo causar sensación de asfixia, según han indicado ya diversos expertos. El calor que estos días está llegando a España es otro factor a tener en cuenta a la hora de valorar si conviene o no salir a correr con mascarilla.
Eso sí, Simón apuntó que «lo importante es llevarla en el bolsillo» para usarla una vez se finalice esta actividad deportiva para los momentos posteriores en los que no se pueda guardar la distancia de dos metros.
abc
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