La Comisión alienta el uso del teléfono para controlar la difusión del virus

  14 Mayo 2020    Leído: 462
La Comisión alienta el uso del teléfono para controlar la difusión del virus

Bruselas cree que ayudaría a levantar cuanto antes los controles de fronteras.

En su intento de reanimar cuanto antes la actividad económica, la Comisión Europea ha vuelto a insistir en la posibilidad de que los países pongan en marcha aplicaciones de seguimiento y rastreo de contactos, para prevenir una segundo pico de contagios cuando se restablezca la movilidad. Para ello, el Ejecutivo comunitario intenta preservar un equilibrio entre la eficacia científica necesaria para los epidemiólogos y el respeto a la privacidad, que es un elemento sustancial de la legislación europea. En todo caso, en las recomendaciones que publicó ayer la Comisión en el paquete dedicado a tratar de salvar el turismo, insistió en que para que estas aplicaciones sean efectivas se requiere la «mayor participación posible» de ciudadanos y que sean compatibles e interoperables entre un país y otro.

El documento, que contempla las explicaciones técnicas de las medidas publicado ayer, señala que «se necesita la mayor participación posible de ciudadanos europeos para explotar todo el potencial de las aplicaciones de rastreo» y en otro de los textos explicativos se añadía que podrían ser un factor «esencial» para hacer más sencillo el proceso para volver a abrir las fronteras interiores de la UE, que se encuentran actualmente cerradas o sometidas a graves perturbaciones para los viajeros. Sin embargo, en todos los planteamientos se insiste en que el uso de este tipo de aplicaciones de rastreo debería ser plenamente voluntario para los ciudadanos.

Teniendo en cuenta lo que le han dicho los gobiernos de los países miembros, la Comisión asume que «todos consideramos que la interoperabilidad entre estas aplicaciones es esencial para que estas herramientas permitan el rastreo de las cadenas de infección transfronterizas», algo que puede ser esencian en el contexto de una economía que intente reactivarse en el próximo otoño o incluso si se permite viajar en verano. «Esto -insiste la Comisión- es particularmente importante para los trabajadores transfronterizos y en general para los contactos entre países vecinos. En última instancia, este esfuerzo apoyará el levantamiento gradual de los controles fronterizos dentro de la UE y la restauración de la libertad de movimiento».

Compartir los datos entre países
Hace una semana, la vicepresidenta Margreth Vestager envió una consulta a los miembros de la comisión de mercado interior del Parlamento Europeo a los que explicó que sin este tipo de recursos no será fácil restablecer la libre circulación a corto plazo.

Por ello, ha incluido en las recomendaciones aprobadas ayer criterios como que los países deberían establecer medidas para comunicarse y compartir los datos relevantes entre ellos, puesto que se supone que las autoridades de todos los gobiernos deberían «estar informadas sobre posibles usuarios infectados o expuestos», en caso de que los europeos empiecen a desplazarse con cierta normalidad.

En la última reunión telemática de ministros de telecomunicaciones se acordó el principio de que las aplicaciones de rastreo de contactos «van a atener una gran importancia para la relajación gradual de varias medidas nacionales, incluida la apertura de fronteras». Por su parte, los ministros del interior señalaron recientemente que estas aplicaciones «podrían contribuir a facilitar o abolir los actuales controles fronterizos internos e incluso el posible levantamiento de las restricciones de entrada en fronteras exteriores de la Unión».

Por ahora, Francia y el Reino Unido son los únicos que han avanzado en este camino, pero lo han hecho por su cuenta y sin tener en cuenta los criterios de la Comisión.

La mayoría de las aplicaciones desarrolladas por ahora en Europa para ser utilizadas en el control de la difusión de una enfermedad contagiosa se basan en las propiedades de la señal Bluetooth y no en la geolocalización por GPS, que es más intrusiva y menos exacta. Con la señal Bluetooth la aplicación de un teléfono creará un «enlace temporal» con la de otros teléfonos que pasen cerca de él y guardará una memoria de este contacto que incluso podría haber pasado desapercibido para el propio usuario. Las tecnología permitiría determinar hasta a qué distancia han estado uno de otro y cuanto tiempo, para decidir si existen o no posibilidades de que se hubiera producido un contagio eventual.

La información de este «contacto» se almacena localmente en el teléfono de los usuarios correspondientes durante un número limitado de días, que se determinan también por el periodo conocido de incubación del virus. En caso de que una persona fuera diagnosticada como infectada por el Covid-19, entonces la aplicación enviaría sus datos a un servidor central que se encargaría de contactar directamente con todas las personas que han enlazado con su teléfono móvil durante el tiempo en el que este pudo haber sido un portador.

abc


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