El encapotado cielo que cubrió ayer Madrid no desanimó a los vecinos de Núñez de Balboa para salir a la calle. Tras los aplausos a los sanitarios, varios centenares de moradores se dieron cita, a pesar del estado de alarma y de estar prohibidas las manifestaciones, en plena «Milla de Oro» para pedir la dimisión de Pedro Sánchez al grito de «Gobierno asesino» y «Libertad». Las protestas, iniciadas el domingo por los vecinos del Barrio de Salamanca, se están extendiendo ya a otros barrios de Madrid, como Aravaca y Pinar de Chamartín, aunque menos multitudinarias.
La cita comenzó, burlando el confinamiento y la distancia de seguridad impuesta por el coronavirus (aunque la mayoría portaba mascarillas), a las 20.30 horas cuando sonó «La muerte no es el final», el homenaje a los caídos de las Fuerzas Armadas. Fue el único momento en el que el ruido de la cacerolada, que ya se ha convertido en manifestación y rebelión, no retumbó por la «Milla de Oro». A las estrofas le siguieron los gritos de: «Abajo, gobierno comunista», «Sánchez, vete ya» y «viva España».
En la cuarta noche de cánticos contra la gestión del Ejecutivo central, los vecinos sacaron las banderas nacionales a la vía pública para mostrar su rechazo al confinamiento y a las medidas que Sánchez ha aprobado durante la pandemia. «Seguiremos saliendo hasta echarlos de la Moncloa», aseguró Vicente, uno de los residentes en la zona. Su opinión fue compartida por Begoña, vecina del barrio de toda la vida: «Tenemos derecho a manifestarnos, está en la Constitución. Da igual el estado de alarma».
Los moradores se han organizado para «pasear contra el presidente» en el Movimiento Barrio Salamanca, como ya se denomina en redes sociales. Esta es la manera que tienen, según sus palabras, para luchar por una «España en libertad», por la «Democracia y la Constitución, sin afiliación con ningún partido».
«Mis perros y yo estaremos cada día a las nueve aquí», dijo Ignacio, acompañado de sus dos animales. «Cada vez salimos más para reivindicar que este Gobierno es desastroso, no está preparado. Nos ha tocado el peor Gobierno en el peor momento», continuó el hombre, que puntualizó: «No es por el partido al que pertenecen, que en el PSOE hay gente preparada, es que estos no lo están. Son unos incompetentes».
A ambos lados de la calle, la Policía Municipal vigiló, pasada la media hora de protestas, el «quieto» paseo. Al contrario que el primer día, que acudieron siete vehículos de la Policía Nacional que identificaron y sancionaron a trece de los allí presentes por no acatar las órdenes cuando pidieron que se disolviesen, ayer los agentes no intervinieron. Como adelantó ayer ABC, expertos juristas subrayaron que las propuestas de sanción que están imponiendo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad carecen de «cobertura legal» en el decreto ley, por lo que no será una tarea fácil que el Estado las cobre. «Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente en aquel momento», estipula el artículo 25.1 de la Constitución. Habrá que ver si estas manifestaciones constituyen delito de desobediencia o delito contra la salud pública y, por ende, si podrían imponerse.
El movimiento se hace cada día más multitudinario en la capital. En Pinar de Chamartín, ayer, los vecinos pasearon, algunos en monopatín, las banderas de España e hicieron sonar, como en el barrio de Salamanca, «La muerte no es el final», lo que parece ya el nuevo himno de los que protestan en la calle, aunque esté prohibido, durante la desescalada.
Etiquetas: