"Nuestros países reconocen la necesidad de mantener un diálogo adecuado con Rusia para aumentar la transparencia y reducir los riesgos respondiendo a asuntos de interés mutuo como la campaña contra Daesh y los actuales esfuerzos para negociar un fin del conflicto en Siria", dice el documento que califica el terrorismo y el extremismo violento como "los mayores retos para la comunidad internacional".
Los países participantes de la cumbre "confirman su continuo compromiso (…) en el combate de la coalición (liderada por EEUU) contra Daesh en Irak y Siria y en el fomento de la estabilización, el apoyo a los civiles y la ayuda humanitaria en la región".
Dinamarca, Finlandia y Noruega anunciaron el despliegue de nuevos contingentes militares y el envío de ayuda humanitaria adicional a Irak y Siria; según el documento, Dinamarca desplegará además cazas F-16 y un avión de transporte militar C-130J para las operaciones en los dos países árabes.
La declaración también expresa la preocupación de EEUU y los países nórdicos por la "creciente presencia militar de Rusia en el Báltico, su postura nuclear, sus ejercicios no anunciados y las acciones provocativas de aeronaves y buques rusos".
"Llamamos a Rusia a garantizar que sus maniobras y ejercicios militares se realicen en plena conformidad con sus obligaciones y compromisos internacionales con la seguridad y la estabilidad", agrega el texto.
La declaración califica de clave el papel de la OTAN en la seguridad transatlántica y europea, reconociendo también la contribución de Suecia y Finlandia como socios de la Alianza.
Moscú niega cualquier acusación de agresión y, por su parte, califica de provocativa la creciente presencia de las fuerzas de la OTAN cerca de sus fronteras.
Según el documento, Estados Unidos y los países nórdicos "reafirman su apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania conforme a sus fronteras internacionalmente reconocidas".
"Las sanciones contra Rusia por sus acciones en el este de Ucrania no pueden ser levantadas hasta que Rusia implemente por completo sus compromisos de (los acuerdos de) Minsk; nuestras sanciones relativas a Crimea también seguirán en vigor hasta que Rusia devuelva este territorio a Ucrania", dice la declaración conjunta.
Las naciones reunidas en la cumbre esperan además que el Gobierno ucraniano "duplique los esfuerzos para adoptar e implementar reformas eficaces", asegurando que apoyarán a Kiev en estos esfuerzos.
En abril de 2014, Kiev lanzó una operación militar en las provincias de Donetsk y Lugansk para ahogar los focos de indignación por el cambio de poder violento ocurrido en el país en febrero de ese mismo año. Pese al armisticio pactado en febrero de 2015 en Minsk, las partes en conflicto se acusan casi diariamente de violar la tregua.
Tanto las autoridades ucranianas como EEUU y la UE acusaron repetidamente a Moscú de intervenir en los asuntos de Ucrania. Rusia califica de inaceptables estas acusaciones, asegurando que no es parte del conflicto y que está interesada en que Ucrania supere la crisis política y económica.
Crimea se separó de Ucrania y se reincorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que la mayoría aplastante de los votantes apoyó esta opción.
Kiev no reconoció los resultados del plebiscito ni la adhesión de la península a Rusia. La reintegración de Crimea en el territorio ruso fue calificada de `anexión ilegal` también por los países occidentales, motivo por el cual EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia.
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