La pandemia del coronavirus ha congelado la política catalana, que estaba días antes de que se decretara el estado de alarma el 14 de marzo haciendo cábalas sobre cuando se celebrarían las elecciones autonómicas. El president Quim Torra dio en enero el mandato por agotado y apuntó que cuando se aprobaran los presupuestos anunciaría —no que convocaría— la fecha electoral. Todo ha quedado paralizado: los comicios, la mesa de diálogo entre los dos Gobiernos; la reconstrucción del espacio post convergente; la teórica alianza entre PP y Ciudadanos o las primarias de Podem.
El president afirmó a un grupo de periodistas extranjeros el 16 de abril que no había pensado en la fecha electoral porque sería casi una “irresponsabilidad” hacerlo en medio de una crisis tan grave. Pero el calendario no está ni en sus manos y ni tan siquiera en el curso que tome la pandemia. El desenlace depende de que el Tribunal Supremo ratifique o case la condena de Torra por un delito de desobediencia. El reloj electoral se activará si se confirma su pena.
Con el proceso de desescalada en marcha, el País Vasco y Galicia meditan cuándo celebrar las elecciones del 5 de abril que quedaron aplazadas. No es el caso de Cataluña. Lorena Roldán, portavoz de Ciudadanos, y Miquel Iceta, primer secretario del PSC, coinciden con Torra en que no es el momento de abordar los comicios. El president no ha ignorado sus sugerencias de hacer foros para la “reconstrucción” de Cataluña y parece que la tregua se vaya a romper. Todo lo contrario en la cada vez más agria relación entre Junts per Catalunya y Esquerra, que ni siquiera la pandemia la ha podido eclipsar. Esta es una relación de episodios que ha frenado la crisis:
La reconstrucción del espacio post convergente. La pandemia ha dejado aparcada la solución al melodrama de la reorganización del espacio que tradicionalmente representaba Convergencia. La tarea se arrastra desde 2017. Los moderados y los seguidores del expresidente Carles Puigdemont no logran ponerse de acuerdo en la línea a seguir. La herida se remonta a la propia fundación del PDeCAT pero el procés terminó por hacerla casi incurable. Justo antes de la crisis sanitaria, Puigdemont y sus seguidores querían acompasar la elección de un nuevo candidato con la reorganización del espacio. La propuesta de Jordi Sànchez era hacer desaparecer el PDeCAT y que Junts per Catalunya emergiera como una nueva formación, donde coincidieran los neoconvergentes y los independientes ubicados alrededor de Puigdemont y que han nutrido las listas de JxCat.
Esta posibilidad no es compartida por la dirección del partido, con David Bonvehí a la cabeza, que aboga por que el PdeCat continúe y la unidad se vaya construyendo a base de coaliciones en cada elección. Junts per Catalunya es una marca del PDeCAT, lo que garantiza su financiación. Para tensionar más esta situación, en el seno de los neoconvergentes hay una facción que quiere romper con Puigdemont y su deriva de confrontación total con el estado. Su cabeza visible es la ex coordinadora del PDeCAT Marta Pascal y ha recalado en la plataforma política El País de Demà. No descartan convertirse en un nuevo partido político. Una suerte de PNV catalán. Es una idea que Pascal y los suyos podrían desactivar si Bonvehí se aleja formalmente de Puigdemont. En el momento de esa decisión crucial estalló la crisis de la covid-19 y se alejó la inminencia de unas elecciones. Todas las partes han ganado un poco de tiempo.
Las dudas sobre la alianza del centro derecha. La crisis sanitaria ha dejado un enorme interrogante sobre una eventual alianza entre Ciudadanos y el PP, sellada en el País Vasco y Galicia. La intención de la dirección de los dos partidos era extender ese pacto a Cataluña pero el proyecto parece ahora en el aire porque su futuro dependía en buena parte de lo que sucediera en los comicios de esas otras dos comunidades. El plan estaba en fase embrionaria y un PP al alza recelaba además de tener que ceder un eventual primer puesto de la candidatura. Roldán, que ha vuelto a reaparecer ante las cámaras tras un mes en segundo plano mediático, asegura que nada ha cambiado y que sigue siendo la cabeza de lista de su partido.
La mesa de diálogo. La pandemia ha congelado también las negociaciones que habían empezado el Gobierno de Pedro Sánchez y el de Torra para solucionar el conflicto político en Cataluña. La primera reunión se celebró en La Moncloa en febrero y a final de mes se estaba pendiente de una nueva convocatoria. La segunda cita de ese órgano ya no se llegó a celebrar. Quim Torra pidió el día de Sant Jordi, en una entrevista, reactivar la mesa cuando se superen los “pìcos” de la enfermed. El president aclaró que tanto Sánchez como él acordaron aplazar la mesa de diálogo durante la “ola máxima de la pandemia” pero reivindicó mantenerlo porque sigue habiendo “presos políticos”, “gente en el exilio” y la reivindicación del derecho a la autodeterminación.
ERC ya advirtió hace días de la necesidad de reactivar la mesa una vez que se supere, eso si, la pandemia del coronavirus. Los dirigentes de ERC no han puesto fecha pero sí recalcado que cuando baje la intensidad de la crisis hay que retomar la negociación. “Nadie podrá negar que la represión continúa. Por lo tanto, aquélla era una herramienta para hablar de represión, y de amnistía y de referéndum como solución”, dijo Sergi Sabrià, presidente del grupo parlamentario de ERC.
La renovación de Podem. La crisis sanitaria estalló justo cuando Podem estaba en pleno proceso para elegir a sus candidatos para integrar la lista a las elecciones autonómicas que encabezará Jéssica Albiach, líder del grupo parlamentario. El temor a que los comicios se celebraran de forma urgente precipitó los acontecimientos y el partido organizó primero las primarias y luego la renovación de la dirección. Las primarias estaban previstas para marzo y los resultados debían proclamarse el 24 de marzo. El proceso quedó suspendido. Conchi Abellán, diputada de En Comú Podem, lidera la lista Podem ets tu frente a la de Noelia Bail, exsecretaria general, de Això és Podem.
Bail fue relevada del cargo después de que la junta estatal aprobara una gestora después de que 21 miembros del consejo autonómico pidieran su destitución, entre ellos tres diputados de Podem en el Parlament, la propia Abellán, Lucas Ferro y Yolanda López. El proceso revocatorio se activó cuando Bail estaba de baja maternal. Estas primarias son el preludio de las que llegarán para renovar la dirección. La lista de Podem ets tu cuenta con el aval, por ejemplo, de Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos. Bail cuenta con el apoyo del activista Diosdado Toledano.
elpais
Etiquetas:
